De los más de US$ 5,000 millones con que el Estado viene rescat...
La minería sigue siendo una de las claves del desarrollo, la expansión del bienestar y las bajas tasa de pobreza en Arequipa. La relación de las autoridades arequipeñas con la minera Cerro Verde, por ejemplo, ha marcado un camino en las relaciones constructivas con la minería. En ese sentido, las posibilidades de concretar nuevos proyectos en la región multiplica las posibilidades económicas y sociales de los arequipeños.
En ese sentido, el proyecto minero Tía María, ubicado en la región de Arequipa, sigue avanzando hacia su ejecución con la reciente solicitud de Southern Perú Copper Corporation –la empresa concesionaria-- para explotar el tajo La Tapada. Este paso, acompañado de la aprobación del segundo Informe Técnico Sustentatorio (ITS) por parte del Ministerio de Energía y Minas (Minem), marca un hito significativo en un proyecto que ha enfrentado controversias desde su concepción. Con un yacimiento estimado de 425,34 millones de toneladas métricas de cobre, el proyecto representa una oportunidad económica crucial para el sur del Perú.
La ubicación del tajo La Tapada, a pocos kilómetros del Valle de Tambo y centros poblados como El Fiscal y Cocachacra, subraya la necesidad de equilibrar las expectativas de desarrollo con las demandas ambientales de las comunidades locales. A pesar de los desafíos, Southern Perú proyecta que Tía María generará anualmente 120,000 Toneladas Métricas de Cobre (TMC), beneficiando directamente a más de 52,000 personas que laboran en el proyecto. Con un presupuesto de US$ 1,800 millones, se espera que las operaciones comiencen en 2027, consolidándose como una fuente importante de empleo y recursos fiscales para Arequipa.
El reinicio de Tía María promete convertirse en un pilar para la economía regional y nacional. Durante su fase de construcción, el proyecto generará alrededor de 9,000 empleos directos e indirectos, aliviando el desempleo en una región que busca dinamizar su economía. Además, el aporte anual de S/ 300 millones en canon y regalías mineras permitirá financiar proyectos de infraestructura, programas sociales y servicios básicos, contribuyendo al cierre de brechas estructurales en Arequipa.
En un contexto en el que el crecimiento económico peruano ha enfrentado limitaciones en la última década, iniciativas como Tía María simbolizan un cambio de tendencia. Este proyecto no solo promete beneficios económicos, sino que también impulsa una narrativa más constructiva sobre el rol de la minería en el desarrollo sostenible. Southern Perú ha reafirmado su compromiso con estándares ambientales estrictos, implementando medidas que mitigan los impactos negativos en una región donde el equilibrio entre sostenibilidad y progreso económico es crucial.
Sin embargo, el proyecto no ha estado exento de oposición. En el pasado, campañas de desinformación sobre el impacto de Tía María en los recursos hídricos y la agricultura generaron resistencias en las comunidades locales. El bloqueo del proyecto Tía María –al lado de Conga, en Cajamarca– representó la victoria cultural de las izquierdas comunistas y progresistas que, a través de las oenegés anticapitalistas y los sectores radicales, habían construido relatos y narrativas acerca de que el desarrollo de la minería representaba una amenaza insalvable para los recursos hídricos destinados al consumo humano y la agricultura.
Southern Perú busca revertir esta percepción mediante la transparencia en sus operaciones y un enfoque en el diálogo constructivo con las comunidades. La posibilidad de demostrar que la minería puede coexistir con el desarrollo local y la protección ambiental podría convertir a Tía María en un caso emblemático que inspire confianza en el sector y abra puertas a nuevas inversiones en el país.
Arequipa, con una economía diversificada y una base competitiva sólida, se encuentra en una etapa de recuperación tras años de desafíos. Proyectos como Tía María, junto con iniciativas complementarias como el sistema hídrico Majes Siguas, tienen el potencial de consolidar esta recuperación, mejorando la calidad de vida de los habitantes de la región. Al generar empleo, ingresos fiscales y una base económica sostenible, Tía María no solo impulsará el desarrollo regional, sino que también contribuirá a reducir la pobreza y las desigualdades sociales.
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