Editorial Economía

No se formalizará nada poniendo en peligro la minería moderna. ¡Cuidado!

Radicalismo responsabiliza a empresas del fracaso de formalización minera

No se formalizará nada poniendo en peligro la minería moderna. ¡Cuidado!
  • 25 de marzo del 2024


Antauro Humala, con su ya conocido histrionismo, ha señalado que la mina debe ser para quién la trabaja, evocando la frase velasquista –que hundió al más del 60% de la población en pobreza– acerca de que la tierra debía ser para quién la trabaja. Si se aplicará el criterio de Antauro es evidente que no se formalizaría a la pequeña minería, pero la gran inversión minera terminaría con expropiaciones y contemplaríamos el regreso de la empresa estatal en minería. 

Detrás de la frase de Antauro, entonces, existe la intención de crear pequeñas pdvsa's para el cobre y otros minerales. ¿Por qué? Si se viola el derecho de propiedad, la minería moderna habrá terminado en el Perú.

En el Perú lo único que ha funcionado es la legislación nacional para la minería moderna, mientras que el Estado ha fracasado de principio a fin en la formalización de la pequeña minería. ¿Por qué ha funcionado la legislación nacional para la minería moderna? Porque las normas han estado orientadas a atraer inversiones intensivas en capital y tecnología, la única manera de enriquecer a un país con la minería y preservar el medio ambiente. 

Gracias a esta legislación en la última década se captaron alrededor de US$ 60,000 millones en inversiones, el país se convirtió en una potencia minera mundial: segundo productor mundial de plata y cobre, tercero en zinc y cuarta ubicación planetaria en estaño, molibdeno, plomo. Asimismo, en el 2023 las transferencias a las regiones por canon, regalías y el derecho de vigencia y penalidad sumaron más de S/ 7,665 millones, y casi todas las regiones que desarrollan minería han bajado considerablemente la pobreza, debajo del promedio nacional.

Algo más. Sin la legislación moderna en minería el Perú se habría hundido en recesión e involución económica y social. Sin embargo, pese a todos estos hechos, ante el fracaso de la formalización minera, algunos sectores políticos pretenden bajar los estándares de la legislación minera moderna para “democratizarla y garantizar la formalización de los pequeños mineros”. Absurdo y gigantesco error.

En la minería moderna se requiere una inversión intensiva en capital y tecnología –de altísimo riesgo– no solo para explorar sino también para explotar. Por ejemplo, ¿alguien se imagina un proyecto como Las Bambas, de más de US$ 10,000 millones, reemplazado por centenas de pequeños mineros? ¿Sería posible proyectar una producción anual de 400,000 toneladas métricas de cobre? ¿Acaso habría sido posible construir los gigantescos tajos de Ferrobamba y Chalcobamba? Por otro lado, ¿alguien podría controlar el impacto ambiental de centenas de pequeños mineros? ¿Cómo exigiría el Estado el proceso de remediación ambiental de la explotación? Y por otro lado, ¿en cuánto caería la recaudación fiscal con decenas de contribuyentes y problemas tributarios? Todo suena a locura y demagogia populista.

Una gran inversión requiere materiales y herramientas carísimos para cavar hasta 1,500 metros y 2,000 metros cada 100 metros de la concesión, por ejemplo. Así se explora. Se requiere no solo evaluar la explotación y el transporte, sino también la remediación ambiental. Si alguien pretende poner en peligro la minería moderna, pues, debería proponer la estatización de la producción minera, como en épocas de Velasco.

De allí que el respeto a las concesiones otorgadas por el Estado –es decir, el respeto del derecho de propiedad– es el punto de partida para cualquier estrategia formalizadora de la pequeña minería. Si no se respetan los derechos de propiedad, Antauro Humala triunfará con su “la mina es para quién la trabaja”. En ese contexto, el minero ilegal es, sobre todo, quien viola los derechos de propiedad.

Sin embargo, avanzar en la formalización exige reconocer que las regiones y la Sucamec –es decir, el Estado– han fracasado de principio a fin en la formalización. Las regiones solo tramitan entre 15 y 20 Instrumentos de Gestión Ambiental Minera (Igafom) cada año y la Sucamec no otorga autorizaciones para el uso legal de explosivos. Si existen alrededor de 5,000 operaciones de pequeña minería y 400,000 mineros artesanales que trabajan con estas operaciones, ¿cómo se puede pensar en el éxito de la formalización.

Cuidado que la demagogia y el populismo nos lleven a matar la gallina de los huevos de oro y fortalecer el camino de la asamblea constituyente.

  • 25 de marzo del 2024

NOTICIAS RELACIONADAS >

Corredor vial del sur y el preocupante silencio ante la minería ilegal

Editorial Economía

Corredor vial del sur y el preocupante silencio ante la minería ilegal

  Días atrás en el distrito de Haquira –en l...

03 de mayo
¿Se nos descontrola el déficit fiscal? ¡El signo de las izquierdas!

Editorial Economía

¿Se nos descontrola el déficit fiscal? ¡El signo de las izquierdas!

  Se acaba de conocer que se modificará el Marco Macroeco...

02 de mayo
Nueva ley de promoción agraria, pero con flexibilidad laboral

Editorial Economía

Nueva ley de promoción agraria, pero con flexibilidad laboral

  Standard & Poor’s acaba de rebajar nuestra calificac...

01 de mayo

COMENTARIOS