Ubicado en la región Cajamarca, el denominado "cintur&o...
El proyecto hídrico Majes Siguas II, ubicado en la región Arequipa, avanza en su reactivación tras la firma de un convenio entre el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) y el Gobierno Regional de Arequipa. Este acuerdo transfirió la responsabilidad de ejecución al gobierno central, que ha iniciado una convocatoria internacional para rehabilitar la infraestructura existente y construir una represa intermedia. Cumpliendo con ese acuerdo, recientemente un equipo técnico de la Autoridad Autónoma de Majes (Autodema) y del Midagri inspeccionó la infraestructura hidráulica mayor del proyecto, con la finalidad de dar un diagnóstico para garantizar la puesta a punto para alguno de los 17 países convocados por el Ejecutivo retome el proyecto.
Con una inversión estimada de S/ 7,730 millones, Majes Siguas II se perfila como un elemento fundamental para el desarrollo económico y agrícola del sur peruano. Garantizará el riego de 38,500 hectáreas adicionales de tierras agrícolas, que se sumarán a las 16,000 hectáreas ya operativas en Majes Siguas I. El proyecto no solo busca ampliar la frontera agrícola, sino también posicionar a Arequipa como un epicentro agroindustrial en el Perú. Con la irrigación de nuevas tierras cultivables, se espera generar más de 83,000 empleos durante la construcción del proyecto y alrededor de 80,000 puestos de trabajo permanentes una vez que esté operativo. Además, el proyecto contempla la instalación de dos centrales hidroeléctricas, Lluta y Lluclla, que contribuirán a la sostenibilidad energética de la región.
El potencial económico de Majes Siguas II es innegable. Arequipa, tradicionalmente vinculada a la minería, diversificará su economía al convertirse en un eje clave de la agroexportación nacional. La producción de frutas y hortalizas de alta calidad, destinadas a mercados internacionales, permitirá ingresos sostenidos que se estiman en S/ 4,300 millones anuales. Este impacto trascenderá a la región, fortaleciendo el posicionamiento del Perú como uno de los principales exportadores agrícolas a nivel mundial, gracias al aumento de la capacidad productiva. Otros proyectos hídricos que se están realizando en el país, como Chavimochic III y Chinecas, sumarán otras 110,000 hectáreas irrigadas, consolidando el liderazgo peruano en el sector.
El desarrollo de proyectos como Majes Siguas II no solo amplía las hectáreas de cultivo, sino que también impulsa una agricultura moderna y competitiva. La tecnificación y la producción a gran escala son cruciales para dejar atrás las limitaciones del minifundismo, que sigue afectando a gran parte del sector agrícola peruano. Con parcelas más grandes y tecnología avanzada, se maximiza el rendimiento y se optimiza el uso de recursos hídricos, adaptándose a las demandas del mercado global. Además, el proyecto fortalecerá la seguridad alimentaria nacional, asegurando la sostenibilidad del sector a largo plazo.
Pero el desarrollo de proyectos de esta magnitud no está exento de desafíos. Uno de los principales es la ausencia de un marco legal que fomente la inversión y garantice la sostenibilidad del sector agroindustrial. La derogación de la Ley de Promoción Agraria en 2020 dejó al país sin una herramienta clave para incentivar el desarrollo de cultivos de alta rentabilidad, como los arándanos, las paltas y los cítricos. Estas plantaciones requieren inversiones significativas y varios años para generar retornos, por lo que los incentivos fiscales y laborales eran cruciales para su desarrollo.
Un nuevo marco normativo que equilibre los intereses de los inversionistas y los derechos laborales es fundamental para garantizar que proyectos como Majes Siguas II alcancen su máximo potencial. Esto incluye la creación de políticas que promuevan la sostenibilidad ambiental, asegurando que la expansión agrícola no comprometa los recursos hídricos y ecosistemas locales.
Con una agricultura basada en apenas 250,000 hectáreas, el país ya ha alcanzado relevancia internacional. La adición de nuevas tierras irrigadas permitirá duplicar las exportaciones y mejorar la competitividad. Sin embargo, este progreso no será posible sin una estrategia integral que considere la redistribución equitativa de tierras, el apoyo a pequeños agricultores y la promoción de tecnologías modernas.
COMENTARIOS