Algunos días después de la APEC, poco a poco, el Per&uac...
Como un fantasma del pasado Estado empresario de los setenta y los ochenta –que desencadenó un déficit fiscal de más del 10% del PBI, desató una de las hiperinflaciones más devastadoras de la historia económica mundial y empobreció a más del 60% de los peruanos– la quiebra y el desastre de Petroperú comienza a convertirse en una seria amenaza al modelo económico del país. ¿Por qué? Durante el gobierno de Dina Boluarte y la gestión de José Arista al frente del sector Economía y Finanzas (MEF) el descontrol del déficit ha quebrado el manejo impecable que el Perú tuvo de esta variable hasta el 2019; es decir, antes de la pandemia y del gobierno de Pedro Castillo.
Antes una mirada a la terrible situación de Petroperú. Citando cifras oficiales de la Bolsa de Valores de Lima, César Gutiérrez, especialista en energía en hidrocarburos y colaborador de este portal, señala que desde el 1 de enero del 2023 hasta el 30 de setiembre del 2024 –es decir al periodo de gobierno de Dina Boluarte–, las pérdidas totales de Petroperú han sumado los US$ 1,809 millones, monto de los cuales US$ 1,064 millones corresponde al ejercicio del 2023 y US$ 745 millones al del 2024.
Según Gutiérrez el origen del problema de la quiebra de Petroperú tiene que ver con la proyección de ingresos imposibles e irreales para el pago de las obligaciones que la petrolera estatal ha contraído, sobre todo con respecto a la Nueva Refinería de Talara. La deuda total de la refinería asciende US$ 8,470 millones
Por otro lado, vale anotar que la sangría de recursos fiscales de la petrolera estatal no tiene cuándo detenerse. Por ejemplo, en préstamos, garantías de créditos y aumentos de capital del Estado a Petroperú, desde el 2017, se acumulan US$ 5,117 millones.
El problema es que el Estado, el fisco y todos los peruanos estamos metidos en un callejón sin salida, una vez más, debido al Estado empresario y las políticas estatistas y populistas. Un sector sostiene que si se decretara la insolvencia, la quiebra con liquidación y privatización de la petrolera estatal, en el acto el Estado, en su calidad de propietario, se vería obligado a pagar gran parte de la deuda contraída con los bonistas en Nueva York y un crédito sindicado en Europa que tiene como agente al Deutsche Bank. En ese sentido, el camino de la reorganización corporativa y su inevitable privatización aparecen como menos onerosos para los recursos fiscales. Sin embargo, luego de conocerse que el Estado ha desembolsado más de US $5,000 millones en menos de siete años es hora de comenzar a considerar la quiebra y el inevitable pago del Estado, de todos los peruanos, de la deuda gigantesca contraída por la petrolera estatal. Asumir la deuda podría evitar que la tragedia de la petrolera termine tragándose a toda la economía. En cualquier caso, es un tema para reflexionar.
¿Por qué Petroperú ya es una amenaza real al modelo económico? El Ejecutivo actual ya ha perdido control sobre el déficit fiscal. Para el 2024 el propio gobierno incrementó la trayectoria fiscal del 2% al 2.8% del PBI; sin embargo, a mediados de este año el déficit acumulado llegaba al 4% del PBI. Ante esta situación, el Banco Central de Reserva del Perú proyecta que el déficit llegará al 3.3%.
Es evidente, pues, que por segundo año consecutivo el Ejecutivo incumplirá las metas fiscales y no sería nada extraño que las calificadoras de riesgo vuelvan a encender las alarmas y se dibuje la sombra de pérdida del grado de inversión. Ante esta situación, como todos los proyectos de izquierda, el gobierno y el MEF comienzan a hablar de aumento de impuestos en vez de reducir y racionalizar el gasto estatal.
Es evidente, pues, que el fantasma del fracaso del estado empresario de décadas atrás en el Perú –del mismo estado empresario que empobrece y destruye la vida de los venezolanos y comienza a desatar un estallido en Bolivia– regresa para recordarnos que es imposible convivir con el estatismo, el controlismo y todos los trapos viejos del progresismo, el neocomunismo y el colectivismo latinoamericanos.
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