Algunos días después de la APEC, poco a poco, el Per&uac...
En el Perú el consenso de los políticos y los partidos es que “la declaración de derechos laborales y sociales” garantiza la prosperidad de los trabajadores. Según diversos cálculos ,existe un costo entre 40% y 60% sobre el salario de un trabajador por la cantidad de derechos que se declaran. ¿Por qué señalamos que se declaran derechos? Porque no son reales, porque solo las grandes empresas pueden pagar los derechos declarados en tanto que más del 80% de las unidades empresariales –integrado por micro y pequeñas empresas (pymes)– no pueden hacerlo. De lo contrario, quebrarían.
En esta voluntad de declarar derechos al margen de la productividad de las empresas, al margen de la economía y las riquezas reales que produce la sociedad, está la explicación de que más del 75% de los trabajadores padezca informalidad, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Uno de esos derechos que se suele declarar y engorda la informalidad es la Remuneración Mínima Vital.
La presidente Dina Boluarte, en el mensaje de Fiestas Patrias, señaló que promoverá el incremento de la RMV para fines de año a través del diálogo social; es decir, mediante consensos en el Consejo Nacional del Trabajo –trabajadores, empresarios y Estado– del Ministerio de Trabajo. Al respecto, vale recordar que durante el gobierno de Pedro Castillo se produjo el último aumento de la RMV, pero sin consultar al sector empresarial, y luego se promulgaron los decretos que prohibían la tercerización laboral, que fomentaban la sindicalización artificial en empresas y conglomerados, y que promovían el libertinaje en el derecho de huelga.
El gobierno de Castillo llevó al extremo la ideología del aumento de la RMV como estrategia para garantizar la prosperidad de los trabajadores. La llamada Agenda 19 pretendía colectivizar todas las relaciones laborales sin considerar la opinión del empresariado, e incluso la OIT se pronunció en contra de la estrategia gubernamental.
¿Por qué debemos hablar de una ideología del aumento de la RMV y de la declaración de derechos laborales? Porque como una religión profana ignora la informalidad y la precariedad empresarial que produce. En el Perú, por ejemplo, la legislación laboral es una de las causas de que no existan medianas empresas. Según diversos estudios solo existen grandes empresas y una abrumadora y asfixiante cantidad de pymes.
Muy por el contrario, en las sociedades desarrolladas, en las sociedades en que es impensable la ideología del aumento de la RMV y de la declaración de derechos, se establece la más amplia flexibilidad laboral en los contratos de trabajo y los salarios que se pagan.
Paradójica y sorprendentemente, las migraciones se producen desde las sociedades en donde predomina la ideología del aumento de la RMV hacia las economías con plena flexibilidad laboral. Esta tendencia es una constante, casi como una ley física; sin embargo, las izquierdas latinoamericanas y la peruana insisten en la ideología de declarar derechos y fijar los precios de los salarios mínimos.
La ideología de la declaración de derechos al margen de la productividad de las empresas es un epifenómeno de las corrientes marxistas que señalan que, en el sistema capitalista, los empresarios y las empresas solo crecen porque se apropian del valor, de la riqueza, que producen los trabajadores. Sin embargo, en los ex países de la Unión Soviética y en todos los colectivismos se desarrollaron las mayores expropiaciones de propiedad privada para implementar la predicción marxista. El resultado: esos países se convirtieron en las mayores fábricas de pobreza de la historia moderna.
En síntesis, el Perú necesita abandonar la ideología del aumento de la RMV que solo desata pobreza e informalidad y avanzar hacia un régimen de flexibilidad laboral en los contratos y plena libertad de salarios.
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