El relevo de José Salardi del Ministerio de Econom&iacu...
En el ministerio de Energía y Minas (MEM) se está discutiendo las nuevas estrategias relacionadas con la producción, importación y distribución de gas para siete regiones del sur. Sin embargo, la comercialización de gas de Bolivia en el Perú parece como una posibilidad porque las reservas probadas han bajado considerablemente por la falta de inversión en exploración.
Al respecto, en Proinversión se ha informado que el abastecimiento del gas en el sur se podría ejecutar a través de una empresa privada o mediante la estatal boliviana. En caso de concretarse la última opción, el Perú se volvería boliviano-dependiente en cuanto a la energía en el sur.
En caso de que la estatal boliviana se encargue de la distribución del gas, el país del sur podría construir un gasoducto que llegue hasta Juliaca (Puno), para luego transportar el gas en contenedores tipo píldora (por tren) hasta Matarani o subir el gas por tren hasta Anta (en el altiplano). En cualquier caso también podría distribuir el gas con camiones y trenes. Lo más probable sería que Bolivia construya un gasoducto directo hasta Matarani. Vale decir, que el objetivo principal de Bolivia no es venderle gas a los peruanos sino a Asia. Ese es el gran mercado al que aspira. Si se tiene un ducto hasta Matarani, también se estaría construyendo un ducto para llevar petróleo hasta Bolivia. Estrategia redonda de Evo Morales, que hoy discuten los ministros de energía de Perú y Bolivia.
La principal causa de esta situación es la baja en las reservas de gas del Perú. Por ejemplo, existen dudas con respecto al Lote 58, concesionado a la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC), y de cuyas reservas probadas depende la construcción del gasoducto del sur, ahora denominado Sistema Integrado de Transporte de Gas (SIT GAS). La tendencia a la baja de las reservas probadas, entre los años 2013 y 2017, están señaladas en el Libro Anual de Recursos de Hidrocarburos de la Dirección General de Hidrocarburos (DGH). De 15.0 TFC (trillones de pies cúbicos) en 2013 a 12.9 TFC en 2017. Sin embargo, el director general de Hidrocarburos del MEM, Gustavo Navarro, asevera que en los lotes 56 y 88 las reservas probadas son de 17.4 TFC en 2017. De acuerdo a la versión de Enrique Gonzales —especialista, con 26 años evaluando reservas de hidrocarburos bajo los estándares internacionales— no son posibles esas reservas porque “no hay exploraciones, y las cuatro últimas resultaron secas”. El ex presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), Carlos del Solar, fue más preciso: “El inventario de reservas correspondiente al 2016 está equivocado”.
En este escenario de dudas, la construcción del SIT GAS aparecería inviable. A la fecha, Perú no tiene suficientes reservas probadas para aventurarse a la construcción de un gasoducto. La experiencia de Oleoducto Norperuano (ONP) sirve para la reflexión. En la actualidad el ONP funciona al 20% de su capacidad instalada, y para su operatividad debe transportar petróleo y líquidos. ¿Qué hacer, entonces?
Según Gonzales, el país debería retomar, de manera urgente, las inversiones en exploración. Para que empresas de talla mundial ingresen al país se necesita una nueva Ley Orgánica de Hidrocarburos (LOH), estancada por la insistencia del Gobierno en la participación de Petroperú en las actividades de exploración de hidrocarburos, iniciativa que viola el principio de subsidiaridad establecido en la Constitución de 1993. En todo caso, Gonzales señala que, con una norma de nivel “urgente”, se podrían iniciar las exploraciones. Mientras tanto, la construcción del SIT GAS quedaría “en espera”. El gran problema: Perú no puede quedar desabastecido de gas. Aquí interviene Bolivia, que reporta reservas probadas de gas de más de 50 TFC, mientras que Perú llegaría a 30 TFC si las reservas del lote 58 fueran de 17.4 TFC, como ha indicado Navarro.
Existe, pues, la posibilidad de que la crisis energética convierta al Perú en dependiente del gas boliviano, mientras la izquierda antidesarrollo peruana difunde relatos falsos sobre el sector hidrocarburos. Supuestamente las inversiones en hidrocarburos contaminan la Amazonía y el mar del norte. ¿Por qué no dicen lo mismo en Bolivia?
Evo Morales plantea estrategias energéticas para su país, mientras que Martín Vizcarra solo atina a señalar que la construcción del gasoducto del sur se realizará “de acuerdo al diseño original”. Es decir, se hace evidente que el jefe de Estado no está actualizado con la información que manejan en el MEM. Grave.
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