Algunos días después de la APEC, poco a poco, el Per&uac...
La minería ilegal en la provincia de Pataz (La Libertad) ya ha causado 17 muertes de trabajadores mineros, más de 23 heridos y 15 de torres de energía eléctrica derribadas. Como en una imagen del legendario viejo Oeste, los mineros ilegales se alían con bandas criminales internacionales y los delincuentes empiezan imponer un orden del delito a punta de pistolas y dinamita.
En los últimos seis meses se han registrado la salida de más de 3,417 volquetes con minerales que no pertenecen a Minera Poderosa, Aurífera Retama ni Horizonte, empresas formales que pagan impuestos, preservan el medio ambiente y generan empleo formal. En otras palabras, el fenómeno se descontrola porque el Estado de derecho ha dejado de existir en Pataz.
En el corredor vial del sur, en donde se produce cerca del 40% del cobre nacional, igualmente desde inicios de este año han comenzado a multiplicarse las invasiones de mineros ilegales a las concesiones de la minería moderna. Por ejemplo, días atrás, la PNP intervino un camión repleto de explosivos, sin poder determinarse el origen y el destino de los materiales señalados. Evidentemente eran insumos para la minería ilegal. Asimismo, unas semanas antes, en el puente Challhuahuacho, la Dirección de Medio Ambiente de la PNP detuvo cuatro mineros ilegales que transportaban 60 toneladas de cobre puro con un valor de S/ 3 millones en el mercado ilegal.
Cuando hablamos de minería ilegal estamos señalando a quienes invaden concesiones de la minería moderna, que paga impuestos, preserva los más altos estándares ambientales y crea empleo formal. Igualmente hablamos de quienes desarrollan minería prohibida en zonas reservadas y parques ambientales. Sin embargo, vale aclarar que el minero ilegal no es sinónimo de pequeño o campesino como pretenden señalar los sectores antisistema. De ninguna manera: mueven enormes recursos y puede contratar brazos armados en el crimen organizado.
Si bien el corredor vial del sur todavía no existe una alianza entre la minería ilegal y el crimen organizado, la cantidad de recursos que moviliza este sector ilegal es incuestionable. En los últimos meses los volquetes con las tolvas descubiertas que avanzan por el corredor vial del sur se han multiplicado de aquí para allá. Los volquetes con las tolvas descubiertas avanzan regando el mineral por las comunidades y localidades que atraviesan. Sin embargo, sorprende el silencio y la indiferencia de los sectores radicales antimineros y las oenegés anticapitalistas que han organizado relatos, leyendas y mentiras en contra de la minería moderna.
Vale señalar que todos los volquetes de la minería moderna que transportan el mineral por la mencionada vía tienen las tolvas encapsuladas para evitar que el mineral se esparza en el camino. Sin embargo, la minería formal en el corredor vial ha sido víctima de todo tipo de violencia, desde el bloqueo de la vía hasta el asalto de los campamentos mineros. ¿Por qué no se dice nada frente a la minería ilegal?
Ante esta situación es evidente que si el Ejecutivo, el Congreso y las demás instituciones del sistema de justicia no se proponen restablecer el Estado de derecho en las regiones mineras se estará decretando la muerte de la minería moderna que, en las últimas décadas, ha captado más de US$ 60,000 millones en inversiones y se ha convertido en el principal motor de la descentralización y el proceso de reducción de pobreza.
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