El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) se ha convertido en ...
De los más de US$ 5,000 millones con que el Estado viene rescatando a Petroperú desde el 2017, a través de créditos y aumentos de capital, el gobierno de Dina Boluarte y la gestión de José Arista en el Ministerio de Economía y Finanzas ya suman más de US$ 3,500 millones. En febrero del 2024 se otorgó una línea de crédito de US$ 550 millones, en setiembre se extendió un préstamo de US$ 1,000 millones y un aumento de capital de US$ 1,550 millones. En otras palabras, en menos de un año José Arista y el MEF desarrollaron rescates financieros por más de S/ 12,000 millones a una empresa quebrada, que solo sirve para sangrar los recursos fiscales de todos los peruanos. Y el desangramiento del tesoro nacional seguramente continuará al infinito.
Sin embargo, ese mismo MEF a la hora de aprobar una ley de promoción agraria señala que el Estado dejará recaudar S/ 1,900 millones anuales y hace una proyección apocalíptica, inaceptable para cualquier economista serio, señalando que en diez años el Estado perderá S/ 19,000 millones. ¿De cuándo acá en el MEF se hacen este tipo de proyecciones absolutamente antitécnicas?
Con la Ley de Promoción Agraria (ley 27360), que establecía un régimen tributario promocional –derogada por el gobierno de Sagasti y las oenegés anticapitalistas– la recaudación se incrementó de S/ 97 millones a más de S/ 826 millones anuales. Los ingresos fiscales entonces se multiplicaron en 8 veces. Sin la mencionada ley, la recaudación fiscal solo habría llegado a S/ 2,200 millones; sin embargo, gracias a la ley de Promoción Agraria de entonces se recaudaron S/ 9,100 millones. En otras palabras, gracias al régimen promocional se ganaron S/ 7,000 millones más para al Estado. ¿Cómo así en el MEF se empiezan a asumir “las proyecciones” de las oenegés anticapitalistas y de las izquierdas antisistema?
La agricultura pequeña, mediana y grande es el único sector de la economía que necesita un régimen promocional porque se trata de una inversión con seres vivos, es decir con plantas, con frutas y legumbres; porque se trata de una inversión que enfrenta eventos climáticos inesperados, plagas y, sobre todo, porque las inversiones hidráulicas y de riego en los predios demoran varios años la rentabilidad de los proyectos. Algo más. Un régimen promocional tributario es necesario porque los países desarrollados tienen legislaciones especiales sobre el tema.
El proyecto de dictamen que se discute en el Congreso propone que los pequeños productores que vendan hasta 154,300 (30 unidades impositivas tributarias) no paguen impuestos en tanto que los pequeños agricultores que vendan hasta 721,000 (110 unidades impositivas tributarias) abonen el 1% de renta. Con respecto al régimen general se propone que las empresas paguen el 15% del impuesto a la renta y se establece un crédito tributario para la reinversión de utilidades en infraestructuras, capacitación, maquinaria e investigaciones e innovaciones. Asimismo, se reconoce la depreciación acelerada y la devolución anticipada del IGV.
Vale señalar que con la anterior Ley de Promoción Agraria derogada se captaron más de US$ 20,000 millones en inversiones, los envío al exterior de frutas y hortalizas se incrementaron de US$ 651 millones a más de US$ 10,000 millones y el empleo formal se incrementó de 460,000 en el 2004 a más de un millón entre directos e indirectos. Algo más. La pobreza en las regiones agroexportadoras bajó muy por debajo de la media nacional. Por ejemplo, en Ica la pobreza está en 6% y a nivel nacional se acerca al 30%.
Es evidente, pues, que el MEF ha decidido priorizar el desangramiento fiscal que produce Petroperú y que –entre otras causas y factores– ha creado un déficit fiscal incontrolable, que ya suma alrededor del 4% del PBI. El mensaje es claro: Petroperú antes que la inversión que incrementa la recaudación fiscal, genera empleo y reduce la pobreza.
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