Según la propuesta del Ejecutivo la vigencia del Regist...
La región Arequipa ocupó el tercer lugar en el Índice de Competitividad Regional del Instituto Peruano de Economía (IPE) en 2023. Este ascenso refleja avances en la ejecución de inversión pública y mejoras en la gestión gubernamental. Además, la región destaca en indicadores clave como salud, con bajas tasas de desnutrición crónica infantil y altos índices de partos institucionales. Sin embargo, los retos persisten, especialmente en servicios básicos e inseguridad. La pobreza monetaria en la región, aunque más baja que el promedio nacional (13.9% frente al 27.5%), se ha incrementado ligeramente. En este contexto, proyectos estratégicos como el hídrico Majes Siguas y el minero Tía María prometen ser motores de desarrollo, generando empleo y mejorando las condiciones de vida.
A pesar de las dificultades, la economía de Arequipa ha mostrado resiliencia. Sectores como la minería, que aporta el 30.9% del Valor Agregado Bruto (VAB) regional, continúan siendo fundamentales, mientras que actividades como servicios, manufactura y comercio complementan el dinamismo económico. Sin embargo, problemáticas como el acceso limitado a agua potable y alcantarillado, el aumento de la anemia infantil y deficiencias en infraestructura educativa resaltan la necesidad de inversiones que atiendan las demandas básicas de la población. Es en este escenario donde el proyecto minero Tía María emerge como una oportunidad crucial para consolidar la recuperación económica de la región.
El proyecto Tía María, liderado por la empresa Southern Perú, representa una inversión aproximada de US$ 1,400 millones, con el potencial de convertirse en un pilar para la economía regional y nacional. Anunciado nuevamente por la presidenta Dina Boluarte en 2023 tras más de una década de paralización, este proyecto se perfila como una fuente importante de desarrollo, generando 120,000 toneladas métricas de cobre (TMC) anualmente.
Uno de los aspectos más destacados de Tía María es su impacto en la generación de empleo. Durante la fase de construcción, se espera la creación de 9,000 empleos directos e indirectos, lo que aliviará significativamente las tasas de desempleo en la región. Además, se estima que el proyecto aportará anualmente cerca de S/ 300 millones en canon y regalías mineras, recursos que pueden ser destinados a mejorar servicios básicos, infraestructura y programas sociales.
El reinicio de este proyecto no solo tiene implicaciones económicas directas, sino que también simboliza un cambio de tendencia en el panorama político y social respecto a la minería en el Perú. Durante la última década, la desaceleración económica del país ha limitado la reducción de la pobreza, acentuando la brecha entre clases sociales. Tía María, como iniciativa de gran escala, ofrece una oportunidad para revertir esta situación, demostrando que es posible integrar el desarrollo económico con políticas responsables de protección ambiental.
Históricamente, proyectos como Tía María han enfrentado oposición debido a las mentiras y leyendas difundidas por el ecologismo radical sobre el impacto en los recursos hídricos y la agricultura. Sin embargo, Southern Perú ha enfatizado su compromiso con estándares ambientales estrictos y la implementación de medidas para mitigar impactos negativos. Esto es clave en una región como Arequipa, donde el equilibrio entre desarrollo económico y sostenibilidad es fundamental. El proyecto también podría ayudar a cambiar la narrativa política y social sobre la minería en el Perú, desafiando las posturas antimineras que han bloqueado inversiones en años anteriores. Al demostrar que la minería puede coexistir con el desarrollo local y la protección ambiental, Tía María tiene el potencial de convertirse en un caso emblemático que promueva un diálogo más equilibrado y constructivo sobre el sector.
El panorama económico de Arequipa muestra signos de recuperación tras los desafíos de los últimos años. Con una base competitiva sólida y una economía diversificada, la región tiene las herramientas para superar sus problemas estructurales. En este contexto, iniciativas como Tía María y el proyecto hídrico Majes Siguas son claves para impulsar el desarrollo, reducir la pobreza y mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Tía María, en particular, no solo promete un impacto económico directo, sino que también puede ser un modelo de minería sostenible, reforzando la confianza en el sector y marcando el inicio de una nueva etapa de progreso para Arequipa y el Perú.
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