Jorge Varela

Una nueva lectura de la revuelta de 2019

Dos ethos para comprender la revuelta

Una nueva lectura de la revuelta de 2019
Jorge Varela
28 de noviembre del 2023


Mario Góngora del Campo autor de
Ensayo histórico sobre la noción de Estado en Chile en los siglos XIX y XX, sostenía que el “agente principal” de la historia de este país, su “columna vertebral” desde la época de Pedro de Valdivia, ha sido el Estado. Una noción que en sus últimos años le pareció que estaba en peligro, “por las tendencias antiestatales de la política económica” en aplicación. (“EI Espacio y el Estado”. Entrevista en diario La Segunda, 13 de diciembre de 1982)

Idea de Estado en Mario Góngora 

Según Álvaro Góngora, también historiador, “el Estado ‘en la concepción gongoriana’ de Mario (su pariente), es una entidad espiritual, un sujeto moral exigido por la finalidad del bien común, formador, ‘juez’, defensor del territorio nacional y mediador de los conflictos sociales”. Inspirado en el filósofo Oswald Spengler concibió al Estado como existencia histórica real: “Una unidad política perteneciente al mundo de los hechos efectivos… una creación del tiempo”, alejada de todo construccionismo teórico o legal (Álvaro Góngora Escobedo, “El Estado en Mario Góngora, Una noción de contenido spengleriano”. Revista de Historia, vol. 25, año 1990, archivo de Memoria Chilena)

La visión de Eugenio Tironi
La tesis del citado historiador Mario Góngora del Campo es que Chile fue ‘una sociedad construida desde el Estado’, en carácter de mediador general, con el deber especial de proteger a las capas pobres de la población, para lo cual otorgaba prioridad al ‘arte político’ sobre la economía. 

De allí parte el sociólogo Eugenio Tironi para decir que la ‘planificación global neoliberal’ posterior arrasó con este ‘fondo ético colectivo’. “Fue una revolución de marca mayor que, en nombre de la libertad y la subsidiariedad, instaló coercitivamente un orden contractual organizado en base a opciones individuales e incentivos económicos, lo que vuelve a cada cual responsable de sus logros y fracasos. (Eugenio Tironi, “Seguir a Góngora”. El Mercurio, 7 de noviembre de 2023)

Otra lectura del estallido de 2019 

Tironi utiliza el impulso energético de su análisis preliminar para referirse a hechos determinantes que han marcado el acontecer político y social del país durante los últimos tiempos. Señala que “hasta ahora el estallido (de octubre de 2019) ha sido leído en clave revolucionaria. Ello dio lugar a las ambiciosas propuestas (constitucionales) aunque en sentidos opuestos, de la Convención y el Consejo Constitucional”. Enseguida agrega, “quizás sea el momento de seguir a Góngora y leerlo en clave restauradora, en cuyo caso habría que renunciar a nuevas ‘planificaciones globales’ y conformarse con una modesta agenda de reparaciones” (Eugenio Tironi, “Seguir a Góngora”).

Dos ethos para comprender la revuelta

A partir de esta ‘visión tironiana’, “el estallido puede ser comprendido desde una perspectiva aún más amplia: como la reanimación de ese ‘fondo ético colectivo’ que parecía muerto, basado en un ethos católico, centralista y comunitarista, frente a un ethos neoliberal que, rompiendo con la idiosincrasia y tradición chilenas, quiso imponer un orden que no nace del Estado, sino de individuos enlazados por contratos regulados por la economía y no por la política”. ¿Estamos ante un Tironi vaticanista ‘a la Mazzucato’?

Tironi no se detiene en su argumentación y sin darse tiempo suficiente para respirar, va por más. Afirma, refiriéndose a dicho estallido social, que “no fue raro, entonces, que él tomara la forma católica de la fiesta, con todo lo que esta tiene siempre de sublime y de caótico, de congregación y desgarro, de gozo y de violencia, de inspiración y desmesura”. ¡Vaya!, ¡vaya!, hemos encontrado una nueva versión de la revuelta de octubre, una apología singular proveniente de un observador que dirige su mirada hacia el cielo para describir lo ocurrido estos años con aire de redentor cristiano. 

¿Esta alambicada explicación-justificación de Tironi es compartida por sus viejos compañeros de la incombustible juventud ‘mapucista’ rebelde de 1969? Es público que varios de ellos, convertidos hoy en comentaristas de la contingencia social del país y en personajes leídos y escuchados en el Palacio de La Moneda, mantienen vínculos no disueltos por más de 50 años y continúan actuando como grupo de pensamiento e influencia de naturaleza cristiana-marxista o si se prefiere marxista-cristiana. 

¿Qué piensan estos fieles militantes que se comportan como tío-abuelos de la generación perdida que circula por los laberintos de La Moneda? ¿Estamos ante una nueva propuesta de redención social-política que no trepidó en utilizar la violencia, como si esta fuera el componente básico de esa onírica forma católica de fiesta?

Lo que Tironi elude profundizar en su artículo próximo a lo teológico-liberacionista, es aquella idea a la que aludía Góngora: la de un Estado concebido como creación política del tiempo alejada de todo construccionismo teórico-caótico.

Jorge Varela
28 de noviembre del 2023

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