Una educación sin humanidades es incompleta

En un mundo globalizado y cada vez más interconectado, las humanidades son más relevantes que nunca. Nos ayudan a comprender los desafíos globales, y ubicarnos -como seres humanos- en construir puentes entre culturas como a encontrar soluciones sostenibles para los problemas que enfrentamos.

Pero las generaciones de hoy saben muy bien jugar a los videojuegos, pero no están siendo preparadas para solucionar problemas de la vida. ¿Por qué? Porque nadie les ha enseñado lo que define ser persona. En los tres campos de la condición humana.

Hannah Arendt, una de las filósofas políticas más influyentes del siglo XX, dedicó gran parte de su obra a explorar la condición humana en el contexto de la política y la sociedad. A través de sus escritos, Arendt identificó tres ámbitos fundamentales de la existencia humana, los cuales se entrelazan y configuran nuestra experiencia en el mundo:

La primera es la Labor: Se refiere a las actividades cotidianas necesarias para la supervivencia, como el trabajo, la producción y el consumo. La segunda es la obra: Se refiere a la creación de objetos duraderos que trascienden la vida individual y dejan una huella en el mundo. La obra implica un proceso de elaboración y construcción que va más allá de la simple satisfacción de necesidades. Y la tercera es la Acción: Se refiere a la participación en la esfera pública, a la interacción con los demás y a la construcción de un mundo común. La acción es el ámbito donde se manifiesta la pluralidad humana y se ejerce la libertad.

Lo que nos define como seres humanos es nuestra capacidad de pensar, nuestra capacidad de sentir, de hacer y ayudar a otros, desde nuestra libertad, inteligencia y voluntad. Las humanidades son el semillero de la creatividad y la innovación. Una educación para la libertad debe estar fundamentada primero en lo que significa ser persona y lo que nos distingue de las máquinas.

Una educación para la libertad, el liderazgo y una ciudadanía responsable

Esto es un desafío que involucra repensar los sistemas educativos tradicionales y fomentar un ambiente de aprendizaje que promueva el pensamiento crítico, la autonomía y el compromiso cívico.

La era digital no propicia la profundización del ser humano, está controlada por las plataformas digitales. ¿Qué significa esto? Significa que todas las interacciones que haga el ser humano dentro de este ecosistema viven solo en términos virtuales y están de alguna manera controladas por algoritmos y robots. No son físicas. Estamos hipermediatizados por máquinas con comandos, clics, sin afectos. Lo que significa que, al no conocer el mundo interior humano, y más conocer el mundo de las redes sociales o plataformas digitales, pueden estar dándose problemas o trastornos de personalidad evitativos, carencias afectivas, baja autoestima, dificultades en las relaciones interpersonales, ansiedad y depresión.

Por otro lado, una educación centrada únicamente en las ciencias y las matemáticas es como construir una casa sin cimientos sólidos. Las humanidades proporcionan esos cimientos, al darnos las herramientas necesarias para interpretar el mundo, para comunicarnos de manera efectiva y para tomar decisiones informadas.

Necesitamos una educación basada en valores y principios éticos

Se trata de un enfoque educativo que busca formar personas íntegras, responsables y comprometidas con la sociedad, más allá de sus conocimientos, inculcándoles un conjunto de valores y principios que guíen su comportamiento y sus decisiones a lo largo de la vida.

¿Por qué afirmar que una educación sin humanidades no es verdadera educación?

Las humanidades fomentan un desarrollo integral de la persona, al cultivar no solo la mente, sino también el corazón y el espíritu. Nos enseñan a ser ciudadanos más comprometidos y a vivir una vida más plena. Al estudiar las humanidades, aprendemos a analizar información, a evaluar diferentes argumentos y a formar nuestras propias opiniones. Estas habilidades son esenciales para enfrentar los desafíos de un mundo cada vez más complejo. Esta era del caos en la que estamos, con tantas burbujas desinformativas, necesitamos pensamiento crítico y orientación a soluciones que pueden contribuir a resolver problemas de todo tipo. Las humanidades también nos enseñan a expresarnos de manera clara y concisa, tanto de forma oral como escrita. Esta habilidad es esencial en cualquier ámbito profesional.

El humanismo digital reclama la recuperación del rol del ser humano en este contexto de era digital y de su sentido en la historia, como protagonista de la vida personal. Dentro de la era digital y de modo activo como responsable. ¿Cuál sería entonces la tarea? Educar a las nuevas generaciones en la vida real, para que tengan capacidad crítica, sepan de qué está hecha la naturaleza humana, y puedan desplegar esa creatividad, libertad humana propia hacia la realidad que nos trasciende. Lo que nos lleva al despertar de nuestra consciencia, individual y con otros en comunidad.