Giovanna Priale

Una apuesta por nuestros niños: ¿educación pública o provisión pública?

Una apuesta por nuestros niños: ¿educación pública o provisión pública?
Giovanna Priale
01 de septiembre del 2017

Reforma estructural para hacer posible la carrera meritocrática

Sin duda alguna la inversión en educación de calidad es un objetivo de política pública para lograr que los niños de las zonas más vulnerables accedan a un trabajo adecuadamente remunerado, que les permita superar la pobreza de manera sostenida. Y para que esto funcione, así como para contar con la infraestructura y tecnología adecuadas, hace falta que el profesor tenga las condiciones laborales y cuente con las competencias académicas y sociales que garanticen el éxito del precitado objetivo.

Es fácil criticar sentada desde mi escritorio, me dirán; pero resulta que mi abuelo (QEPD), mi mamá y mi hermana (QEPD) han sido docentes de escuela pública y, en los dos primeros casos, han trabajado en provincias. Por mi trabajo, además, he viajado regularmente a provincias, a las alturas, por arriba de los 4,500 m.s.n.m., y he visto que aún hoy los niños necesitan al menos dos horas de ida y otras dos de vuelta para asistir a los colegios para escuchar clases en las que un mismo profesor enseña varios grados en simultáneo. Y más cerca, en nuestros asentamientos humanos, en los que los niños viven en condiciones precarias (algunos sin luz ni agua), deben igualmente caminar largas horas para llegar al colegio público más cercano.

Pretender destinar el 6% o el 10% del PBI al gasto en provisión de educación, sin tomar en cuenta esta realidad, así como la infiltración de grupos terroristas en el magisterio, no tiene ningún sentido. Nos toca asignar el dinero con un plan de reforma de carácter estructural y un acompañamiento a las direcciones regionales, que posibiliten que la carrera meritocrática funcione y que el profesor se sienta parte del proceso. Y también que los padres de familia perciban que efectivamente Beca 18, Beca Presidente o cualquiera de esos programas son una buena opción para los primeros puestos; pero que también se abre un abanico de posibilidades de acceso a educación, con rentabilidad, para el estudiante. Y eso pasa por un trabajo coordinado entre las necesidades de las empresas privadas para los próximos años y la capacidad formativa de los institutos superiores.

Así, es necesario pensar en una escuela en la que la infraestructura necesaria es provista por el privado si el Estado resulta lento para atender la necesidad de la comunidad; y en la que es posible dictar a diferentes grados en forma simultánea si se establece un convenio con las universidades para que este trabajo de campo sea obligatorio para la obtención del título universitario.

Y respecto a la evaluación, sí claro, tiene que ser en clase para analizar la metodología y los conocimientos; pero también puede involucrar una sección presencial, en la que se determine el nivel de competencias cognitivas y de dictado del docente sobre la materia que enseña. Al mismo tiempo se debe incluir una entrevista al docente respecto a sus carencias, las que tienen que ser atendidas si pretendemos que nuestros niños reciban una buena educación.

¿Qué hace un excelente profesor de historia si no sabe nada de matemáticas? Cuando el alumno le pregunte si al terminar el colegio le conviene endeudarse con una tarjeta de crédito o con un crédito mype para la campaña de útiles escolares en la tienda en la que trabaja al frente del Colegio Mercedes Cabello, en el centro de Lima, ¿qué le contestará? 

¿Qué hace un buen profesor de economía si no tiene idea de la mejor manera de las técnicas para incrementar la productividad de los suelos? ¿Qué le podría recomendar a su alumno sobre cómo mejorar la producción de su fundo de papas en lo alto de Paccarectambo?

Sin duda, ese trabajo de campo, de microeducación, es fundamental y requiere de funcionarios comprometidos con la idea de crear nación, consciencia e identidad. Trabajar con jóvenes egresados de las carreras de educación y promover su empleabilidad vía articulaciones público privadas en el sector educativo es una interesante opción.

Giovanna Prialé Reyes

 
Giovanna Priale
01 de septiembre del 2017

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