Cecilia Bákula

Un nuevo y breve Congreso

Entregará la posta cuando celebremos el Bicentenario

Un nuevo y breve Congreso
Cecilia Bákula
23 de febrero del 2020


De acuerdo a las informaciones dadas a través de la prensa y las redes sociales, debemos estar
ad portas de que se proclame oficialmente a quienes integrarán el nuevo Congreso de la República. No me queda duda de que el reciente proceso electoral, además de breve e intenso, ha sido especialmente marcado por el enfrentamiento y confrontación entre quienes se jactaban de aparecer como especialistas en hurgar más que nada en las minucias personales, antes que en aportar y lucir adecuadas líneas de conducta. Por ello sorprende que hayan sido electos algunos ciudadanos con importantes procesos judiciales, acusaciones y demandas que los alejan de la posibilidad de responder con transparencia y claridad ante los ciudadanos a los que van a representar.

Este proceso electoral nos llevó, entre otros temas, a conocer a muchos nuevos aspirantes a una curul. Algunos de ellos, lamentablemente, con gran y grave desconocimiento de la labor congresal que pretendían llevar a cabo. Y ello al lado de jóvenes que con seriedad mostraron voluntad de servicio y bastante buena preparación para la labor para la que, finalmente, fueron elegidos.

Muchas sorpresas nos trajo ese proceso. Entre ellas la pérdida de un importante electorado por parte del APRA y de Solidaridad Nacional, junto con el surgimiento contundente de otras opciones políticas. Pero así es la democracia, y al final la historia da vueltas y nada parece ser definitivo ni eterno. No dudo que en Alfonso Ugarte se están evaluando nuevas estrategias y acciones que no solo permitan un mea culpa, sino también la renovación de cuadros y a la actualización de propuestas, que incluyan la reconquista de territorios en donde tradicionalmente la estrella brilló con intensidad.

Lo interesante será ver en acción a este nuevo grupo de integrantes del Poder Legislativo que –quieran o no, lo deseen o no– van a tener que hacer del entendimiento una virtud y de la concertación una práctica, para que no solo su labor sea viable, sino para que el futuro de nuestra precaria institucionalidad política, no se debilite aún más. Y todo ello en cortísimos meses, que se harán más breves si entendemos que a muchos les tomará algún tiempo entender la mecánica parlamentaria y las formas y procesos que se requiere tener en cuenta para cumplir con las tareas de legislar y fiscalizar. Ninguna de esas tareas es fácil en estos tiempos, pero debemos creer, con esperanza, que se ha elegido a personas con capacidad suficiente. 

Qué interesante lo que vivirán muchos nóveles congresistas, que no contarán con la pericia, experiencia y manejo parlamentario de las viejas glorias del parlamento. No dudo que se extrañará a los más experimentados oradores y argumentadores, pero qué oportunidad de oro, aun en menos de año y medio, de hacer algo que valga la pena y que merezca el reconocimiento de la sociedad y de los electores. Porque no es un secreto que el Congreso, debido –por qué no decirlo– a la eficiente labor de descrédito y quiebre de imagen que ha sufrido, es una de las instituciones con menos respaldo en la opinión pública. Y ello debe ser remontado. No dudo que ha habido parlamentarios cuya conducta y desempeño ha sido lamentable, pero no puedo aceptar que se califique a todo un cuerpo congresal por los errores de pocos. Y menos que se utilice a un poder del Estado para ocultar los defectos y carencias de otro.

No obstante, esa es la situación. Inexperiencia y mala imagen son dos realidades a las que se enfrenta este nuevo Poder Legislativo que debe no solo ser un elemento de equilibrio entre quienes vienen ejerciendo el poder político y las expectativas ciudadanas, sino que también tiene tareas pendientes, urgentes y necesarias para la buena marcha de nuestro sistema político. Y, además, este nuevo grupo de legisladores nos entregará la posta cuando celebremos el Bicentenario de la Independencia Nacional. Por eso, haciendo un esfuerzo supremo de eficiencia, desempeño y dedicación, deberán ser dignos de ese especialísimo privilegio: abrir la puerta al Bicentenario. Y ello requiere de calidad humana, honestidad, transparencia, voluntad de trabajo, renuncia a lo personal y tesón en el desempeño de sus responsabilidades.

La ciudadanía está a la expectativa. Todos deseamos que, siendo uno partidario o no de los elegidos, puedan ellos honrar la confianza que sus electores les ha dispensado.

Cecilia Bákula
23 de febrero del 2020

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