Victor Robles Sosa

Uchuraccay: La verdad a la luz

Uchuraccay: La verdad a la luz
Victor Robles Sosa
27 de enero del 2015

Después de 32 años, una investigación periodística esclarece cómo ocurrió aquella tragedia

Tras dos años de investigaciones en las que recogieron 90 testimonios de actores y testigos directos de la matanza de Uchuraccay, Ayacucho, el 26 de enero de 1983, los periodistas Víctor y Jaime Tipe Sánchez, han publicado un libro que esclarece hechos que durante 32 años estuvieron en la nebulosa o eran “verdad oficial”. El libro revela las circunstancias exactas en que se produjo la matanza y la reconstruye dramáticamente con lujo de detalles reveladores.

Los autores de la obra Uchuraccay, el lugar donde morían los que llegaban a pie, son personas sin prejuicios ideológicos o políticos, ayacuchanos quechua-hablantes que, con paciencia y tesón, quebraron el muro de silencio y de desconfianza de los ucharaccaínos, con constantes visitas y prolongadas estadías en esa remota comunidad.

El reportaje nos revela que en 1983 Uchuraccay era un pueblo pobre y remoto, pero vinculado al mundo. Su escuela tenía 50 años, había cuatro bodegas y muchos comuneros trabajaban en las cosechas del valle, al que bajaban constantemente para vender y comprar productos. Un comunero tenía un automóvil, otro estudió la secundaria en Lima, etc. No eran casi salvajes como sostiene el informe de la comisión Vargas Llosa, que investigó el caso.

Revela además que la matanza se produjo porque los comuneros confundieron a los reporteros por senderistas: Cuando Jorge Sedano abrió su maletín para mostrar que traía solo su equipo fotográfico, el comunero que lo revisaba le encontró una “bandera roja”, gritó “¡terruco de mierda! y lo mató al instante de un golpe feroz en la cabeza. Enseguida se desató la barbarie. La “bandera” era en realidad una franela roja que protegía las lentes de su cámara.

Otra revelación importante es el contexto de la tragedia. Cuando llegaron a Uchuraccay, ésta y las demás comunidades de Iquicha estaban en guerra contra SL. En Lima se pensaba que la lucha era entre terroristas y militares, cuando en realidad se estaba viviendo una rebelión popular contra Sendero como reacción por los asesinatos de autoridades y comuneros y por el régimen de vida abusivo y de terror que habían impuesto los terroristas.

Pero el libro nos revela sobre todo que, una vez más, el Perú oficial estuvo de espaldas al Perú profundo. Optó por ignorar  lo que ocurría en Ayacucho: Sendero estaba matando a los campesinos que se negaban a entregar a sus hijos a la “lucha armada”, a aceptar las “reglas del partido” que los obligaba a darle a SL la mayor parte de la cosecha, obedecer solo a los “comisarios” senderistas, y además les prohibía bajar al valle, celebrar sus fiestas patronales y costumbristas, etc. Quien protestaba contra tales abusos era asesinado.

Surge aquí la pregunta: ¿por qué el estado no apoyó decididamente la rebelión campesina, que después se extendió a todo Ayacucho y derrotó a Sendero? La respuesta estaría en la debilidad del gobierno ante quienes sostenían que los alzados eran “paramilitares”. Gracias al libro, hoy sabemos que Sendero sembró esta versión falsa para aislar a los campesinos rebeldes.

La obra nos revela que fue una senderista, Juana Argumendo, quien declaró que los militares estuvieron en la matanza, primero ante el Colegio de Abogados de Ayacucho, y después ante el tribunal que juzgó el caso, en Lima. Argumedo también delató a muchos campesinos que SL asesinó en Uchuraccay, según los testimonios que recoge el libro. Al ser confrontada por Víctor Tipe, le respondió desafiante ¡Que me lo prueben pues!

En síntesis, el libro tiene un extraordinario valor histórico y periodístico, y nos demuestra que sí se puede reconstruir los hechos y hallar la verdad. Con pocos recursos, los hermanos Tipe lo han hecho, y hoy el Perú sabe con nombres y lujo de detalles quienes mataron a los periodistas y por qué se produjo la tragedia. Los mártires del periodismo peruano pueden ahora descansar en paz.

Por Víctor Robles Sosa

(27 - Ene  - 2015)

Victor Robles Sosa
27 de enero del 2015

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