¿Tanques? ¡Para qué!

Un golpe clásico utiliza los tanques, asesina a los opositores, toma los medios de comunicación, se apoya en las Fuerzas Armadas, disuelve el Congreso —porque se considera un obstáculo para las grandes reformas o porque gasta demasiado— y se hace una constitución a su medida. Al principio, el golpe cautiva las tribunas. Todo golpe, al fin y al cabo, se justifica en las pasiones.

Los que aplaudieron el autogolpe de 1992, luego de diez años, cuando se dieron cuenta de que los “moralizadores” eran más corruptos que los anteriores, terminaron enjuiciándolos. Después de 27 años, los mismos que condenaban la medida de abril de 1992, aplauden hoy el cierre del Congreso. Lamentablemente, como siempre ha ocurrido, cuando se den cuenta de que los moralizadores que hoy aplauden no eran tales, será muy tarde. Quien no conoce su historia, corre el riesgo de repetirla.

Los golpes no se dan de la noche a la mañana. Desde 2018, el Perú ha vivido un clima de agitación permanente. El Congreso, que puede ser el peor de la historia, pero que fue elegido democráticamente, actúa de acuerdo a sus funciones. En julio del año anterior, el Perú escuchó las conversaciones de algunos jueces y miembros del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), “filtradas selectivamente”. Entonces se agitó la bandera de la lucha contra la corrupción y se anunció una Junta Nacional de Justicia que se encargará de nombrar, ratificar y destituir a los jueces y fiscales de todos los niveles. Y, además, esta Junta podrá nombrar o destituir al jefe de la ONPE y Reniec. Hasta hoy, nada de eso funciona.

No se toman los locales de los partidos políticos, pero se les acusa de ser organizaciones criminales. Los que criticaban a la “mototaxi” han pasado por encima de la ley con un enorme tráiler. Se conforman comisiones de notables para emprender las grandes reformas, pero a la ciudadanía, a la que se le ha dicho que merece un sistema más transparente y participativo, se le impone a sus miembros.

Los periodistas no han visto tanques ni soldados en las puertas de sus medios de comunicación. El golpe se ha sofisticado. Hoy las noticias también están en las redes, en las webs alternativas. Se emplea el ataque cibernético, se compran votos para encuestas en las redes sociales, se circulan audios vía Whatsapp, o se “filtran” conversaciones para socavar al opositor, que se siente permanentemente vigilado. Algunos periodistas y esos abogados, economistas, y hasta activistas políticos que fungen de “periodistas” desde hace tiempo, con programa propio incluido, aplauden la medida. Están más preocupados en el maquillaje de Mercedes Aráoz. Así las cosas, con este coro dulce y melódico de fondo, ¡para qué van a sacar los tanques! 

Se publican denuncias contra los opositores, pero no se brinda la misma cobertura sobre las denuncias que pesan sobre los moralizadores. Se publican fotos del interior de la casa del expresidente vacado, pero nadie conoce ni la puerta de la casa de los dueños de sus medios, sus empleadores al fin de cuentas. Las técnicas del golpe de Estado van cambiando. Los dueños de los medios de comunicación quizás no desfilan por las salas del SIN, como en otros tiempos, pero reciben una parte de la torta publicitaria estatal.

Así, pues, el Perú se encuentra hoy frente a la consumación de un golpe invisible que avanzó silenciosamente, mientras la ciudadanía discutía sobre el referéndum, la no reelección de los congresistas, el adelanto de elecciones. Se dice en las redes sociales que el Congreso "tuvo su oportunidad" de adelantar las elecciones generales, y que ahora pagan el precio por haber "encarpetado" el proyecto. No es así. El Congreso, en el marco de sus facultades, decidió archivar el proyecto mediante votación en la Comisión de Constitución. De esa fecha al 30 de septiembre, el escenario ha cambiado. Hoy, disuelto el Congreso, algunos parlamentarios, con todo derecho, piden el adelanto de elecciones frente al atropello de quien repetía "nos vamos todos". 

El candidato y exfuncionario humalista Julio Guzmán también ha dicho que el Congreso "tuvo su oportunidad". ¿Así funciona la democracia, señor Guzmán? Tuviste tu oportunidad, pero como me rechazaste ahora te aplasto. 

Las calles alrededor del Congreso han sido tomadas por turbas de comunistas. Y si a eso le sumamos la conducta irresponsable y sobreactuada de algunos reporteros, como una colega de un programa matinal que le increpaba a Carlos Tubino por qué trataba de aferrarse a su cargo si ya no tenía inmunidad. Yo no comulgo con Tubino ni Becerril, pero nos guste o no, fueron elegidos democráticamente. Muy "oportunas" las notas periodísticas sobre los sueldos de los congresistas, tanto como prestarse a la difusión de memes contra los congresistas o excongresistas. 

La OEA le pasó la pelota al Tribunal Constitucional (TC), que tendrá el encargo de dirimir sobre la medida de disolución del Congreso. La mayoría de constitucionalistas coinciden en que la medida es inconstitucional, que se ha cometido una infracción constitucional, que se ha actuado fuera de los parámetros de la constitución. Dicho de otro modo, golpe. Los magistrados del TC que se han reconocido como adversarios del fujimorismo deberían abstenerse, toda vez que la disolución ha sido contra la mayoría congresal, que recae en Fuerza Popular. 

Marco Arana dice que la Constitución de 1993 nació de un golpe. Entonces, ¿se viene una nueva constitución? ¿Quién la redactará? El sueño chavista del comunismo peruano siempre ha sido ingresar a las instituciones democráticas para socavarlas desde adentro. 

El otro día, un periodista que no es aprista, me decía ¡cuánta falta hace Alan García en estos momentos! Sí, estoy de acuerdo. Pero quedan sus alumnos y miles de apristas en todo el país.