Renato Estremadoyro
Renacimiento de la izquierda sectaria latinoamericana
La izquierda ha generado una fuerte conexión con la población
En las últimas semanas hemos sido testigos de la caótica situación que se está viviendo en Chile, Ecuador y Bolivia. En tanto, los líderes de izquierda peruana pretenden reforzar su apoyo a la dictadura venezolana y retomar la senda ideológica del Foro de Sao Paulo. A través del Grupo de Puebla, la izquierda busca hacerle frente al denominado Grupo de Lima.
Para tener nociones sobre el rebrote de la izquierda latinoamericana, considero necesario partir de lo que fue el otrora Grupo de Río, el cual nació como respuesta a la Guerra Civil Nicaragüense, para reconocer al gobierno del sandinista, después de la derrota de Somoza. De ahí, el Grupo de Río ha tenido una existencia discreta, quedando simplemente como un foro de consulta, transformándose luego en Unasur. Cuando se convierte en Unasur, se excluye a Estados Unidos y Canadá, además de la no participación de Cuba, por razones de discreción; porque lo que subyace del Unasur, es el “socialismo del siglo XXI”, articulado por una organización mucho más amplia: el Foro de Sao Paulo, donde están agrupados todos los partidos comunistas y de extrema izquierda de América Latina.
Por ello, los partidos de este socialismo a la venezolana tienen como organización matriz al Foro de Sao Paulo. El Unasur es una mera entelequia, es para los diplomáticos, para aprobar una que otra resolución y en la medida en que Cuba evolucione (si llega a evolucionar), naturalmente prescribirá la Unasur. Porque lo que le interesa a Cuba es el sistema interamericano que está en Estados Unidos y utilizar al Unasur como sistema alternativo para retar a Estados Unidos.
Es, pues, el Foro de Sao Paulo, el fundamento; y no solo es latinoamericano, sino también de los movimientos izquierdistas españoles. Básicamente, servir como una nueva internacional de países de habla hispana y transatlántica. Por esta razón, el movimiento que dirige Pablo Iglesias, Unidas Podemos, mantiene una estrecha relación con el Foro de Sao Paulo, financiados por el chavismo venezolano, formando una Internacional. Su juramento está encarrilado dentro de la ideología de la Internacional Socialista. Por ello en 1991, para hacer subsistir la idea del internacionalismo marxista en América Latina, Lula da Silva creó el Foro de Sao Paulo en el lapso de la caída del muro de Berlín y la caída de la Unión Soviética, alineándose todos los partidos comunistas interamericanos y del mundo hispánico en general.
Hasta hace poco, era impensable que la izquierda volviera a tomar el control de la región. Con la evidente catástrofe, en todos los niveles, en Venezuela, se pensaba que la población debería mostrarse reacia a cualquier tipo de movimiento que comulgue ideológicamente con la dictadura del país llanero. Además se dio la elección de presidentes que incluso fueron calificados de “neoliberales”, debido a lo desastroso que terminaron siendo los gobiernos de izquierda tanto a nivel político como económico. Por ello, cada vez quedaban menos bastiones socialistas, y los únicos que quedaban en pie eran regímenes autoritarios o dictatoriales.
Sin embargo, al diablo hay que reconocerle sus habilidades. La izquierda genera una fuerte conexión con la población, eso no lo podemos negar. En tanto que con una masa descontenta con el manejo del poder, por parte de los gobiernos actuales, ha resurgido el poder de convocatoria izquierdista. La estrategia está clara: “Divide et impera”, dividir al “pueblo” del “antipueblo”. El retorno del populismo es casi un hecho.
COMENTARIOS