Maria Pia Salinas

Reflexiones sobre la educación en el Perú

Enfatizar el deber cívico, los principios y los valores

Reflexiones sobre la educación en el Perú
Maria Pia Salinas
08 de octubre del 2020


Algún tiempo atrás, la malla curricular de los colegios en el Perú aún conservaba ciertos cursos de importancia para el educando. Las prioridades de la educación no solo estaban en enfatizar temas de ciencia, sino que era tan importante como ello formar a los estudiantes en civismo, ética, principios y valores. Al pasar el tiempo, la educación sufrió ciertos cambios, y lamentablemente se le dio prioridad únicamente a las materias de ciencias, y se le quitó autonomía a los temas antes mencionados, fusionándolos con otras materias y reduciéndo considerablemente el tiempo que se les dedica en las aulas. 

¿Podría llamarse educación real a una que prescinda de materias que enfaticen el deber cívico, los principios, los valores y la ética? Parece que nuestra sociedad ha olvidado la importancia de inculcar los pilares que forman los espíritus de nuestros hombres; los principios que son necesarios para forjar ciudadanos de bien y promover las buenas costumbres en la sociedad, que hoy en día sufren de una penosa decadencia. No es un tema tan simple como parece, pues es la ausencia de estos valores y principios lo que causa serios problemas en los jóvenes hoy en día. Problemas como el relativismo moral, la falta de identidad patriótica, el terrible desconocimiento histórico, que son fundamentales para no ser engañados por las corrientes populistas, que tanto daño nos han hecho en el pasado.

Son estas épocas modernas, las que nos muestran una juventud que desconoce todo en cuanto a su historia se refiere, una juventud que puede llegar al punto de pretender convertir en héroes a terroristas sanguinarios como Abimael Guzmán. No nos extrañe, entonces, que el comunismo se vaya abriendo paso y ganando terreno en la mente de nuestros jóvenes. Y que el progresismo pueda convertirse en el nuevo estandarte de esta sociedad posmoderna. 

Pasar por alto una enseñanza sin valores es volverse cómplice de una sociedad mediocre, donde la dirección y las aspiraciones son vacuas e inconsistentes. Son las épocas del “buenismo”: todo es bueno. Eso nos conduce a relativizar valores y principios que son necesarios para una juventud formidable. ¿Acaso se mantendrá el Estado de derecho en una sociedad inestable para nuestros jóvenes? ¿No es una prioridad del Estado entregarnos una generación de bien, y no una sociedad que ve todo de bueno en lo que es malo y todo de malo en lo que es bueno? No es coincidencia el aumento en las tasas de delincuencia, robos y asaltos. Esto está claramente asociado al olvido de nuestra juventud y su formación.

No podemos negar que estos tiempos son de crisis moral, y se debe hacer algo al respecto. Un buen inicio sería devolverle al niño, al adolescente y al joven en sus centros de estudios, cursos de formación cívica, ética y moral, como materia autónoma. Y darles tanto énfasis como se le da a las materias de ciencia. Quizá esta sea la cura para limpiar la sociedad de tanta corrupción y de tanta decadencia moral, y para entregarle un futuro próspero a nuestras generaciones venideras. La mejor herencia que podemos otorgarle a nuestra sociedad es una cuna de hombres con valores y principios.

Maria Pia Salinas
08 de octubre del 2020

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