Jorge Morelli
Refinamiento chino

Evaluando la posibilidad de refinar los minerales antes de exportarlos
El Perú exporta minerales que se refinan fuera. En otras palabras, exporta concentrados cuyo paso siguiente es convertirse en metales. Lo que se propone PPK entonces es plantearles a sus nuevos amigos chinos ganar valor agregado para esos concentrados minerales en el Perú, convirtiéndolos en metales acá, y de esa manera exportar metales y no ya solo concentrados minerales. Para eso necesitamos refinerías, y PPK quiere saber si los chinos estarían interesados en invertir en esas refinerías en el Perú. El problema, claro, es que ellos ya tienen sus refinerías allá y puede no salirles a cuenta el negocio de refinar acá en lugar de allá. Hay que hacer números. El costo de refinar acá usando gas (de Camisea), no obstante, podría ser menor que hacerlo allá con carbón.
Respecto del gas de Camisea, la mayoría accionaria de la concesión del gasoducto del Sur sería vendida por Odebrecht a una empresa española. Esto liberaría la construcción del proyecto, poniéndolo a salvo de las investigaciones que vendrán en el caso Lava Jato y que, de otro modo, podrían paralizarlo indefinidamente. Mucho se ha discutido, sin embargo, sobre el destino del gas de Camisea a través del gasoducto del Sur. Una hipótesis, a media voz, es que podría venderse energía al norte de Chile, no bajo la forma de gas sino de electricidad producida en el Perú. Venderle esa energía a Chile, sin embargo, tendría un costo de oportunidad. Según una versión lanzada por Edgar Bazán en un tuit muy importante, “usar el gas (de Camisea) para metalizar hierro y cobre es diez veces más rentable y limpio que exportar electricidad a Chile”. Más números por hacer, entonces.
No exportamos concentrados solo a China (aunque probablemente sí la mayor parte), sino también a otros mercados; y podría haber ventajas en capturar esos mercados. Si con capitales chinos podemos producir más barato que la propia China, gracias al gas de Camisea. Pero, una vez más, hay que hacer los números.
Es posible, por último, que en el escenario global los chinos encuentren rentable invertir en el Perú por consideraciones relativas al marco de la competencia por el control de recursos naturales en la mesa de las grandes potencias. Este factor político podría ser un argumento en favor de que los chinos inviertan en el Perú; no solo en refinerías, sino masivamente en infraestructura de puertos, aeropuertos, carreteras y ferrocarriles.
Pero mientras todos estos cálculos no se hagan cuidadosamente y se expliquen al público con toda transparencia, los peruanos no sabremos si lo que PPK quiere proponer a sus nuevos mejores amigos es realmente un buen negocio para ambas partes.
Jorge Morelli
@jorgemorelli1
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