Jorge Morelli
Quitarle el poder a la Fed
Responsable del desaceleramiento de la economía global

¿Quieren echarle la culpa a alguien de lo ocurrido en Quito, en Santiago, en Argentina? Piensen en la Fed. América Latina está creciendo 1% este año, porque la economía global entera se ha desacelerado. A toda costa quieren culpar de esto a Donald Trump y la guerra comercial de EE.UU. con China. Pero la culpa es de la Fed. La Fed subió cuatro veces la tasas de interés el año pasado, a pesar de la justificada indignación de la Casa Blanca.
La prueba de que sabe perfectamente de su fracaso monumental es que ya van dos rebajas este año, y la Fed ya prepara la tercera. Es inútil ya. El daño está hecho. El alza de las tasas de interés encareció el dinero y anuló el efecto de la rebaja de impuestos que hizo el gobierno de Trump. EE.UU. creció 3% el año pasado, este año no crecerá sino 2%, un tercio menos.
Y la Fed agravó la guerra comercial. Las cuatro alzas de las tasas en 2018 encarecieron el dólar en todo el mundo y abarataron las importaciones de EE.UU. desde China. La Fed anuló también, entonces, el efecto de los aranceles de Trump obligando a poner más aranceles peligrosamente para contrapesar el efecto del alza de las tasas sin renunciar a la política pública que se había trazado.
Eso se llama obstruccionismo. La política económica de la administración ha sido saboteada por la Fed. Con razón Trump está indignado, aunque lo diga solo a medias. Nadie le ha hecho tanto daño a EE.UU., al crecimiento de la economía global e indirectamente a América Latina como la Fed estadounidense.
He allí la causa material del problema argentino y ecuatoriano. Porque el alza de tasas de la Fed interrumpió brutalmente la recuperación que Macri venían ejecutando en la Argentina y Lenin Moreno en Ecuador, con extrema dificultad. Y su acto detuvo en seco el crecimiento de Chile, frustrando expectativas de sus clases medias. (Lo que importa no es cuán rica sea la clase media, sino cuál es la percepción frente a las deudas que ya no se pueden pagar). La Fed le regaló así al eje La Habana-Caracas-Foro de Sao Paulo la ocasión para la causa eficiente, la chispa que incendiara la pradera de Sudamérica.
Y la Fed ni siquiera tenía un pretexto para subir las tasas de interés. No había inflación. Pudo mirar las cosas con más perspectiva. La propia Janet Yellen se lo dijo. La pregunta entonces es por qué la Fed hizo esto. Y la respuesta es que prevaleció el interés privado de los bancos federales de los estados que tienen la mayoría en su directorio. Su vehemencia para fortalecer el dólar para relanzar la economía virtual del mercado financiero sin esperar la recuperación de la economía real, que Trump venía organizando.
Es cierto, desde luego, que América Latina no había hecho las reformas económicas e institucionales que debió, y que, por lo tanto, era vulnerable al vendaval artificial e innecesariamente desatado por la Fed, que una vez más nos agarró desprevenidos. Tan desprevenidos como al propio Trump, sin embargo. Hoy Latinoamérica crece 1%, Estados Unidos 2%. Chile y el Perú 2.5%, los mismos que crecían 6% o 9% hace pocos años. ¿Todavía duda el lector sobre lo que pasa en Chile?
Hace algunos años ya, la revista británica The Economist publicó un informe que planteaba seriamente la necesidad de reformar la Fed para eliminar el control privado del primer banco central del mundo. Esto, que los latinoamericanos hicimos hace décadas, no ocurre aún en EE.UU. Es posible que Trump tenga claro hoy que es la codicia de intereses privados representados en la Fed lo que ha causado este despropósito de escala global que hoy complica incluso su reelección. Es posible, entonces, que de ser reelegido esté preparado para dar paso a la reforma de la Fed. Pero tendrá que quitarle el poder primero.
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