¡Qué tal reconciliación!

Este año los peruanos hemos visto cómo un hombre que ocupó distintos cargos de relevancia en la administración pública de nuestro país, un hombre considerado como first class en el mundo, terminó su carrera pública renunciando a la presidencia de la República. Me refiero a PPK, cuyas fallas políticas le costaron muy caro.

Ha sido el año de los presidentes. En Estados Unidos tenemos uno, Alejandro Toledo, que sigue prófugo de la justicia, sindicado por los brasileños de Odebrecht por recibir y pedir coimas por la Carretera Interoceánica. Nunca la mentira y la frivolidad han estado mejor representadas en un mismo nombre. ¿Volverá? ¿Será repatriado de los Estados Unidos? Tal parece que no existe mucho interés por parte de las autoridades peruanas. Un farsante.

Pero también hemos tenido un presidente y hasta una primera dama presos. Allí están Ollanta Humala y su esposa, Nadine Heredia, acusados por los mismos brasileños que delataron a Toledo, por recibir tres millones de dólares en un departamento en Lima. Hemos visto la manera en que se persiguió a los testigos de Madre Mía, cómo se buscó comprar a los testigos para que cambien su testimonio. De eso ha dado cuenta la prensa nacional. Un escándalo. Otro fiasco.

Ahora tenemos una ex candidata presidencial presa por presuntamente encabezar una organización criminal. ¿La veremos libre en 2019? ¿Qué pasará con Fuerza Popular? Con su encarcelamiento me parece que ha quedado claro que la mujer fuerte en este partido es Luz Salgado. Pero ya nada parece detener el desmoronamiento de un partido con falta de cohesión. ¿Quién se quedará con Fuerza Popular?

Sobre Alberto Fujimori se ha perdido momentáneamente el interés, a raíz de la situación de su hija. Parece que la prensa ha perdido la mínima curiosidad de saber qué hace Vladimiro Montesinos. Nadie sabe de él. Curioso, ¿no? Cuando más se habla de espionaje y chuponeos, sería bueno saber en qué anda el experto en psicosociales y filmaciones ilegales.

De Alan García, no sé qué más decirles. Se ha dicho mucho y se seguirá diciendo mucho sobre él, pero lo cierto es que no ha sido señalado por pedir ni recibir ningún tipo de coima. ¿No creen que si la Fiscalía o la misma prensa tuvieran realmente la prueba fehaciente de que recibió coima, no la hubieran publicado ya? Pero no hay pruebas.

La persecución contra Alan García ha puesto bajo los reflectores a una generación de jóvenes que, en las últimas semanas, han tenido una importante presencia política y mediática, que podría renovar la sangre en el partido aprista. Aprobada la no reelección inmediata de congresistas por referéndum, el Apra tiene la oportunidad de afianzar sus nuevos cuadros políticos.

Así se nos va el año de la reconciliación, entre persecuciones y una continua pugna de poderes entre quienes hacen política y quienes imparten justicia. Me pregunto si quienes ostentan hoy el poder y quienes quieren llegar al poder han tomado en cuenta que también serán juzgados, bajo las mismas premisas y sospechas, con las que se juzga hoy a otros.