Guillermo Vidalón
Producir más para superar la emergencia
No podemos postergar el desarrollo de los proyectos mineros

Cuando estamos enfrentando la arremetida de la segunda ola de la pandemia del Covid-19 y los resultados económicos resultan los peores de los últimos cien años o más, soslayar la disposición para invertir de los sectores productivos más relevantes es como estar contagiado y negarse a recibir la asistencia de un respirador. Así de irracional resulta la condescendencia con que algunas autoridades tratan a los grupos minoritarios que, oponiéndose a la inversión, terminan extorsionando a la inmensa mayoría silenciosa y pacífica de ciudadanos, que solo pretenden una vida digna mediante el fruto de su trabajo.
Entre los sectores económicos con mayor capacidad y disposición para invertir se encuentra la minería, actividad que opera de manera descentralizada, principalmente en las zonas altoandinas. En esas zonas, por las condiciones geográficas, existe un gran potencial de recursos que, puestos en valor, cambiarían rápidamente la perspectiva de desarrollo y generación de bienestar que se requiere para hacer viable una sociedad más cohesionada y con equidad. Un término sobre el cual se habla mucho, pero poco es lo que se hace al respecto.
En momentos en que la economía china se ha convertido en la locomotora mundial, de la cual debemos asirnos para reactivarnos –en virtud de que China es el principal consumidor de metales del mundo–, resulta incomprensible que nuestras autoridades eludan liderar y hacer docencia política desde la esfera gubernamental y opten por el fácil expediente de “dejar hacer, dejar pasar”. La responsabilidad de un gobernante es conducir y tomar decisiones; luego la historia recompensará o juzgará por sus resultados. Autocalificarse de transición y optar por eludir el ejercicio del poder parece representar el último aliento de quien espera la transmisión para partir hacia un mejor destino.
No obstante, el escenario se torna más crítico que el del año previo, porque en el 2020 había recursos que gastar. En la actualidad, en cambio, la capacidad de endeudamiento es muy limitada y el riesgo de que la pandemia obligue a restringir aún más otras actividades tendrá como resultado mayor precariedad de los servicios de salud, pérdida de vidas humanas y caída en el consumo interno por los menores ingresos de la mayoría de familias. Todo ello impactará desfavorablemente en el empleo formal.
¿Es así como imaginan desde el gobierno enfrentar la pandemia y reactivar la economía? Desconocemos la respuesta, pero sí sabemos que esa no es la ruta más adecuada. El desarrollo del Perú sigue el impulso de la economía mundial, por eso debemos hacer más minería antes que la exploración y la inversión en proyectos mineros migren hacia otros destinos.
En consecuencia, dada la proximidad del proceso de elecciones generales, resulta imprescindible que los candidatos a la primera magistratura comuniquen un mensaje claro a la ciudadanía: “No podemos seguir postergando el desarrollo de los proyectos mineros. Estaremos vigilantes para cuidar el ambiente, pero la riqueza del subsuelo tiene que contribuir al desarrollo de todos los peruanos”. El candidato presidencial Hernando de Soto ya lo expresó. Esperemos que otros candidatos hagan lo propio, porque se requiere generar conciencia ciudadana de que la alternativa hoy es la minería.
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