Guillermo De Vivanco

Por sus frutos los conoceréis

La UCV y la tesis de maestría de Pedro Castillo

Por sus frutos los conoceréis
Guillermo De Vivanco
15 de mayo del 2022


“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros
vestidos de ovejas, pero por dentro, son lobos rapaces. Por
sus frutos los conoceréis” (Lucas: 6, 43-44 )


Me resulta intrascendente el empeño con el que la Universidad César Vallejo (UCV) se niega a mostrar la tesis del presidente Pedro Castillo. Pero esa negativa no la exime de la responsabilidad de estar ocultando un posible delito de robo intelectual y falsedad genérica. A estas alturas es intrascendente probar qué porcentaje de la tesis fue copiado o dictado, o si existe algo de originalidad de manos de su autor; ese secreto que pretenden guardar no oculta la incompetencia demostrada a lo largo de los nueve meses de gestión presidencial. Que Castillo no sepa que es un monopolio, que crea que el mundo tiene 1,200 países, que no pueda hilar su anécdota del pollo vivo o muerto, o que diga que Rusia invadió Croacia, etc. Todas esas son pruebas irrefutable del bajo nivel académico de este profesor recibido en la UCV. ¡Qué pobreza de alumnado!

Es una pena que los cientos de miles de tesis producidas por los alumnos de la UCV estén devaluadas. Y a la luz de los hechos, los títulos otorgados por esta universidad no serán valorados por las empresas a las que postularán sus alumnos. Un daño injusto e innecesario que solo benefició al mercader de la educación. En 30 años la UCV ha otorgado 400% más tesis que la Universidad Católica en sus 100 años de existencia. Como bien lo dice Acuña sin rubor alguno: “plata como cancha”. Lo que sí quedó probado es el engaño de usar a personas inexistentes como validadores, o a un asesor de tesis que ha negado su participación. 

Lo que sí me ha llamado poderosamente la atención es la actitud de su rectora Beatriz Merino, de quien tenía el mejor concepto. Ella, siendo la primera autoridad de la universidad, ha sido desautorizada e ignorada por quién no es miembro del consejo directivo pero sí el dueño de la UCV, Cesar Acuña. ¿Vale más el dinero que el honor? Una característica sine qua non de la caviarada. Sin embargo, el grave daño que genera proteger el plagio de la pareja presidencial trasciende a los miles de estudiantes de esta universidad. A nadie le importa que un mal estudiante presente una tesis copiada que obtiene notas sobresalientes. Pero el título otorgado supuso duplicar el sueldo del mal estudiante y el de su esposa, que así obtuvieron más de un millón de soles que no les correspondía. Dinero de todos los peruanos.

Decía Julio Cesar que “la mujer del César, además de ser honesta, debe parecerlo”. El tema de la tesis es solo una gota más en un vaso a punto de derramarse. Lo que está sucediendo con la UCV es exactamente igual a lo qué pasó en el JNE, así como la negativa de Sagasti de convocar a una auditoría internacional para fiscalizar el proceso electoral y trasparentarlo.

Son muchos los acuerdos secretos en este gobierno; es más, el secretismo es su principal característica. Empezaron a gobernar escondidos en Sarratea, ocultaron las coimas en el baño de Palacio, escondieron a sus cómplices, negaron en mil oportunidades conocer a Karelin López. Lo que no esconden es su ropósito de enfrentar a los peruanos. Pero más grave que todos los actos de corrupción es el propósito de perpetuarse en el poder y someter al Perú a una dictadura comunista; aupados por un Congreso inoperante y una prensa demasiado obediente. El propósito totalitario ha despertado a un Perú laborioso, emprendedor, familiar y devoto del Señor de los Milagros. Luego de 50 años de antiaprismo y de 25 años de antiffujimorismo han logrado un movimiento anticomunista que tomó las calles y corrió a los vándalos. Los demócratas hacen escuchar su voz. 

La justicia, aunque lenta, tendrá la enorme tarea de corroborar las declaraciones y apresar a los rufianes. El Congreso comienza a sintonizar con las mayorías; una prueba de ello ha sido su rechazo a la asamblea constituyente, y también la elección de los miembros del Tribunal Constitucional. Tengo la esperanza más viva que nunca de que asumirán su responsabilidad histórica de defender la libertad y la democracia, y vacaran al presidente por su permanente y probada incapacidad moral.

Convocar a nuevas elecciones requiere previamente remover las autoridades electorales, y reconstruir el JNE y la ONPE. Además se debe plantear una reforma política que exija un cierto nivel académico a sus postulantes, la renovación por tercios del parlamento y la bicameralidad que mejore la calidad del Poder Legislativo. Aprendamos de nuestros errores para no volver a repetirlos.

Guillermo De Vivanco
15 de mayo del 2022

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