Giovanna Priale

Pensiones universales: derecho de todos

Solo tres de cada diez peruanos cuentan con cobertura para su vejez

Pensiones universales: derecho de todos
Giovanna Priale
25 de mayo del 2018

 

Todos los peruanos tenemos derecho a una pensión de jubilación para tener una vida digna. Pero al ser un país informal, solo tres de cada diez personas cuentan con un trabajo formal y acceden a la cobertura de una AFP o la ONP para su vejez. Es la estructura del mercado laboral la que determina la fragilidad del sistema de pensiones; pero frente a este hecho existen algunas herramientas innovadoras que tenemos que debatir para enfrentar ese enorme reto: mitigar la pobreza en la vejez.

Este puede que no sea un tema urgente, pero resulta sumamente importante si queremos pensar en un país que acumule un nivel de ahorro significativo y que permita una cobertura de pensiones universal de manera eficiente y sostenible. Es evidente que no todas las personas tienen capacidad de ahorro para la vejez porque algunas de ellas reciben ingresos por debajo de la remuneración mínima vital. Hoy, el 30% de la población económicamente activa es pobre y, por tanto, en lugar de Pensión 65, esquema con un nivel de filtración del 35%, resulta mucho más eficiente construir un fondo solidario que se capitalice en el tiempo.

El Estado debe concentrar sus esfuerzos y recursos en la población vulnerable. Además cada uno de nosotros debe construir su propio ahorro para la pensión, un tipo especial de ahorro a largo plazo, diversificado, que posibilite contar con una Cuenta de Capitalización Individual (CIC) que otorgue una buena tasa de reemplazo (pensión/remuneración neta).

Hoy estamos viviendo el boom del consumo presente, pues las personas en edad de jubilarse están retirando casi la totalidad de su CIC (95.5%). Algunos de ellos compran luego una renta flex, un depósito a plazo fijo o una cuenta de ahorros; pero asumen todo el riesgo de administrar adecuadamente su dinero hasta que fallezcan. Otros, con un CIC más pequeño —porque no pudieron aportar de manera permanente o porque su empleador se apropio de su dinero y no lo depositó en su cuenta— están usando este dinero como un ingreso extraordinario para pagar deudas o ayudar a los hijos hoy desempleados o subempleados.

Nos toca dejar de hacer demagogia y tomar acciones de política pública que le aseguren a la población un futuro tranquilo y al fisco, y le mitiguen el riesgo de vivir endeudados solo para cubrir el pago de pensiones. Algo así ocurre hoy en Argentina, debido a la nacionalización que realizó la ex presidente Kirchner de las cuentas de capitalización individuales.

Tenemos muchos problemas como país; pero este en particular tiene solución si pensamos tal vez en un esquema multipilar, en el que al final todos tengan asegurado un mínimo de pensión y puedan acompañar su jubilación con un mix de productos financieros. No se trata de destruir valor, sino de construir riqueza para las siguientes generaciones.

 

Giovanna Priale
25 de mayo del 2018

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