Dardo López-Dolz
Para fortalecer el sistema democrático
Ante el anuncio de que César Villanueva será el nuevo premier

Está confirmado oficialmente que el nuevo presidente del Consejo de Ministros será César Villanueva, amigo personal del presidente, congresista de 72 años elegido por APP, ex presidente regional de San Martín, ex premier de Ollanta Humala, y candidato de la UDP (VR+PCR+MIR) en las elecciones de 1980. Su reto más difícil no será demostrar que se ha alejado de sus posiciones ambientalistas militantes intransigentes ni de las posiciones radicales marxistas de su juventud, pues su trayectoria reciente parece evidenciar una posición bastante más democrática y respetuosa del pensamiento ajeno que la que caracterizaba a la UDP ochentera.
El nuevo presidente del Consejo de Ministros tendrá que armar en pocos días, con el presidente, un gabinete cuyos miembros no generen reacciones adversas en las fuerzas parlamentarias más relevantes, y que sea capaz de recuperar en un plazo bastante corto la confianza ciudadana tras el fiasco PPK, quien se bebió la tolerancia ciudadan, dejando una secuela de impaciencia que puede amenazar pronto la esperanza y el optimismo generalizados tras la renuncia. Necesitará reclutar profesionales conocedores de su sector que además (o principalmente) sean animales políticos, capaces de desenvolverse con decencia y con cintura, pero sin ascos, en el mundo real; allá afuera, donde la política lejos de ser un ruido, como equivocadamente la llaman algunos analistas de laboratorio, es parte esencial del ecosistema donde vivimos, respiramos, trabajamos y hacemos negocios.
La experiencia personal en posiciones políticas del presidente y el virtual primer ministro son muy parecidas. Al provenir ambos del entorno de la política regional, se verán forzados a recurrir al expertise de sus ministros o asesores para lidiar con los frutos dulces de mortal veneno de la artera política capitalina, heredera de los vicios cortesanos del virreinato.
Es fácil prever una tregua prolongada de los partidos de centro (FP, APP, PPK, APRA y AP) que además de estar enfrascados en los prolegómenos de una campaña por las elecciones regionales y locales, son conscientes de la necesidad de preservar la credibilidad del sistema democrático y reflotar esta economía que ya entró en su séptimo año de desaceleración. Del mismo o modo, la izquierda parlamentaria (FA, NP) procurará exactamente lo contrario, haciendo la vida a cuadritos a su viejo ex correligionario, mientras que la ultra visita ya sin rubores al líder neofascista Antauro Humala, quien recobrará su libertad en poco tiempo.
Entretanto la prensa más oficialista que El Peruano hasta hace unos días, reza nerviosa por no cosechar las tempestades de las tormentas que unilateral e irracionalmente sembró. Mientras que el Ministerio Público hace su mejor esfuerzo por mostrarse equitativo ante el nuevo balance de fuerzas, en el que FP, tras verse forzado a batirse con la espalda contra la pared, por la desembozada iniciativa presidencial de destruirlos, se jugó el todo por el todo y logró sepultar los pilares de la narrativa antifujimorista. Se derrumbó así la creencia en la supuesta dirección encubierta de Alberto Fujimori, exhibiendo la real dimensión de Kenji y demostrando que PPK distaba mucho de ser quien ingenuamente creían muchos. Y también dejó en claro la hasta hace poco cuestionada capacidad de la lideresa y fundadora de Fuerza Popular, capaz de triunfar en los esfuerzos que acomete.
Feliz Semana Santa.
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