Antero Flores-Araoz
No la ven, la cosa es grave
La falta de credibilidad del Congreso es un peligro para nuestro sistema democrático
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En el Congreso de la República, lamentablemente hay que decirlo, salvo honrosas excepciones no la ven, no se dan cuenta de que al seguir cayendo en el descrédito ante la ciudadanía poco bien le hacen a nuestro sistema democrático. Hasta lo ponen en grave peligro, pues los antisociales se prenden de ello para denostar del Parlamento y de su utilidad, con lo cual dan más y más caldo de cultivo a quienes quieren tomar el poder para deshacer el sistema, usándolo en las próximas elecciones para llegar a él por la vía legal y después hacerlo añicos.
Tenemos por un lado la tolerancia y benevolencia ante los llamados “mochasueldos”, que quitan parte de las remuneraciones de sus colaboradores en beneficio propio. Por otro lado, y pese a no tener los parlamentarios iniciativa de gasto por mandato constitucional, se dan maña en las sesiones de la Comisión de Presupuesto para incluir sus pretensiones para sus pueblos, ante la debilidad de los funcionarios del Ministerio de Economía y Finanzas, que son incapaces de hacer respetar la Constitución. Y como consecuencia de ello, tenemos el Presupuesto General de la República desequilibrado, pues si bien en el papel se hace coincidir el total de ingresos con los egresos, ello no es real, es pura ficción.
Las normas populistas abundan, como son las de creación de universidades por doquier, la mayoría innecesarias, sin poblaciones con alumnos superiores suficientes y, sin posibilidad siquiera de conseguir profesores universitarios que den talla y ostenten los requisitos debidos. A ello se suma la falta de entereza del Poder Ejecutivo, que es incapaz de observar dichas normas populistas para no incordiarse con un Congreso donde carecen de bancada, por lo menos oficial.
Asuntos importantes son postergados y nadie sabe por cuánto tiempo, durmiendo en los anaqueles del Palacio Legislativo. Como ejemplo tenemos la ley para fiscalizar debidamente a las Organizaciones No Gubernamentales, muchas de ellas que nos meten “gato por liebre”, pero sigue estancada pendiente de una segunda votación.
Otro ejemplo, ya de escándalo, es la creación de una Comisión para que estudie el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, que integran la Comisión y Corte del mismo nombre, haga su diagnóstico y propuestas de cambio a fin de llevarlas a la OEA para su discusión y aprobación. El Ejecutivo observó la norma; sin embargo, luego del dictamen de insistencia, sigue entre los pendientes, en que solo Dios sabe si lo pondrán a debate y votación o, en caso de hacerlo, cuándo ello sucederá.
Como si lo expuesto no fuese suficiente para llamar la atención, se quieren hacer edificaciones en un terreno nada menos que en el Balneario y Distrito de Santa María, a 56 kilómetros de la sede, congresal. Para cualquier mortal con dos dedos de frente, el tema lleva a considerar que se trata más de una sede de playa que de otra cosa, pero cuando ya se hizo el tema viral en redes, se expresa que son para los archivos del parlamento, cuando bien la documentación podría ser digitalizada, algo que tiene costos modestos. La verdad que lo que deberían hacer ahorita es devolver el predio a la Superintendencia Nacional de Bienes Estatales (SBN).
Entiéndanlo de una vez por todas, la falta de credibilidad del Congreso y el irrespeto al mismo, es gravísimo para nuestro sistema democrático. Y como cereza en torta, un medio de comunicación dio cuenta que en solo un año la Fiscalía de la Nación denunció a 36 congresistas, o sea casi el treinta por ciento de sus miembros. ¡De espanto!
Para terminar, me pasaron una frase de Cantinflas, no sé si del propio Mario Moreno o de quien le preparaba los diálogos de sus películas. La frase dice: “Cinco años estudiando leyes para ver políticos sin estudios haciendo leyes”. Por lo menos asesórense bien.
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