David Auris Villegas
Día Mundial de la Población
Enfrentando los retos por un mundo mejor

Mi abuela me contó que en su juventud era un sueño casi imposible asistir a la escuela. Hoy, cien años después, miro con emoción que todas mis sobrinas van a la escuela. Vivimos tiempos en los que hay más democracia, más libertad, mayores oportunidades de desarrollo, avances en salud, respeto por los derechos humanos y una tecnología que ha unido a la humanidad como nunca antes. Sin embargo, todavía existe inequidad, la violencia, la corrupción, la pobreza y el daño ambiental siguen presentes.
En recuerdo de este viaje compartido por la vida, cada 11 de julio, desde 1990, las Naciones Unidas celebran el Día Mundial de la Población con el propósito de reflexionar sobre el medio ambiente, el desarrollo sostenible, la planificación familiar, la igualdad de género, la salud reproductiva y los derechos humanos. Todos estos temas merecen ocupar un lugar central en la formación educativa de los ciudadanos, pues son fundamentales para construir un futuro más justo y digno.
Aunque, como señaló a la BBC el demógrafo y economista Jakub Bijak, de la Universidad de Southampton (Reino Unido), "calcular el número de personas que hay en este planeta es una ciencia inexacta". Hoy, según estimaciones de la ONU, somos aproximadamente 8,200 millones de personas que habitamos un planeta colmado de riquezas.
Por otro lado, en 2022, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, advirtió que “si no superamos el enorme abismo entre ricos y pobres, tendremos un mundo de ocho mil millones de habitantes lleno de tensiones y desconfianza, crisis y conflictos”. Esta alerta sigue vigente y nos recuerda que las desigualdades están obstaculizando el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, claves para lograr una sociedad más justa y sostenible.
Actualmente, los grandes retos de la humanidad exigen ser abordados de forma global y solidaria. Es esencial garantizar el acceso universal a la educación, fomentar la transferencia tecnológica para reducir la pobreza, promover el diálogo como vía para resolver conflictos y masificar la democracia. Asimismo, resulta fundamental asegurar la inclusión plena de las personas con discapacidad en el sistema educativo, como parte de un desarrollo verdaderamente equitativo e inclusivo.
La población somos todos. En lugar de asaltarnos y destruirnos, conviene que nos apoyemos en la tecnología y el conocimiento para aprender a convivir y cuidar nuestra casa común. De lo contrario, podríamos enfrentar nuestra propia extinción, como les ocurrió a los dinosaurios.
COMENTARIOS