Cesar Gutierrez
No existe punto de inflexión en la gestión gubernamental
Persisten señales que generan desconfianza en agentes económicos
El cambio de formas en la PCM, por el relevo de Guido Bellido por Mirtha Vásquez, ha entusiasmado a algunos que creen que hay esperanzas de un cambio de rumbo en la pésima gestión gubernamental de Pedro Castillo, que en 77 días ha dado señales de desmanejo, ánimo revanchista y generado desconfianza en los agentes económicos.
Los optimistas tienen una visión errada: no se va a producir la “humalización” del régimen. La primera ministra y el equipo ministerial comparten por lo menos dos de los tres ejes temáticos inclaudicables del partido de gobierno (Perú Libre), liderado por Vladimir Cerrón: negociación de contratos ley y nacionalización de los recursos naturales. Por el momento, han puesto en stand by el tercero, que es la convocatoria a una asamblea constituyente, pero solo por el lado del Ejecutivo, porque por la vertiente partidaria, que tiene representación en el Congreso, están corriendo el padrón para obtener 2.5 millones de firmas que, según su entender, serían suficientes para la convocatoria de un referéndum que decida sobre el tema.
Se equivocan los que creen que basta el congelamiento desde el Ejecutivo del tema de la Constituyente para desaparecer este fantasma. No es así, los inversores de actividades intensivas en uso de capital tienen una visión más aguda y para ellos es claro que mientras el partido de gobierno disponga del manejo del Ministerio del Interior, que tiene a cargo la Dirección de Autoridades Políticas, que reporta al Viceministerio de Orden Interno, habrá capacidad para la recolección de firmas, alcanzar las necesarias y forzar el referéndum.
De otro lado, la calificadora de riesgo Moody´s, a través de sus voceros, ha manifestado que “el sector energético en el Perú enfrenta un riesgo limitado de que la nueva administración aumente el control estatal sobre las reservas de petróleo y gas”. Fundamentan su afirmación diciendo que hay un “escaso apoyo del Congreso a los cambios constitucionales que desalentarían la inversión de capital en el sector y dañarían el acceso del Perú a la energía que actualmente requieren”.
En Moody´s están equivocados en dos aspectos: 1) no se necesita un cambio constitucional para la nacionalización de los hidrocarburos, basta modificar la Ley Orgánica de Hidrocarburos (Ley N° 26221), para lo que se necesitan 66 votos en el Congreso, y 2) nada asegura que las bancadas de Acción Popular, Alianza para el Progreso y Podemos por el Perú apoyarán a la oposición. Tienen muchos temas para negociar y decidir respaldar al gobierno.
En cuanto a la negociación de los contratos-ley, ya desde el Ministerio de Transportes y Comunicaciones se ha anunciado que revisarán todos los contratos de concesión: vías urbanas, carreteras, ferrocarriles, aeropuertos y puertos. No se dejan nada en el tintero, tendrán en vilo a los concesionarios, y mientras tanto no habrá inversor en este tipo de infraestructura dispuesto a venir a participar en las alianzas público-privadas (APP), que se gestionan desde Proinversión.
Para completar el círculo de la desventura, el titular de Economía y Finanzas, Pedro Francke, ya anunció que pedirá facultades para legislar en materia tributaria, entre las que se comprende al sector minero. Inoportuna aspiración en un momento que se puede producir una caída del precio del cobre, por efecto de la grave situación del gigante inmobiliario chino Evergrande, cuyo mínimo efecto será la retracción de la construcción, con la consiguiente disminución de la demanda del llamado metal rojo.
No existe el punto de inflexión que creen algunos, las pruebas son más que elocuentes: el gobierno de Pedro Castillo y sus aliados nos conducen al estatismo, sin que la oposición muestre ser un contrapeso.
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