Arturo Valverde

Mis cines

Cómo era ir a cine en la Lima de los noventa

Mis cines
Arturo Valverde
30 de septiembre del 2025

 

Para alcanzar a sentarse juntos en el cine, hablo de hace veinte años o más, había que correr a toda prisa para chapar asientos para la familia, que avanzaba cargando la canchita y la gaseosa, para luego tomar sus posiciones frente a la pantalla grande y disfrutar cómodamente de la película. 

Este articulista empezó de niño a frecuentar los cines allá por los años noventa. Fue el cine Tauro uno de los primeros en abrirme sus puertas hacia una dimensión artística inexplorada hasta ese momento. Los asientos de sus butacas se plegaban y desplegaban. La sala era inmensa. La Sirenita estaba de estreno. 

Los cines Tacna, Alcázar, El Pacífico, como otros más se sumaron a la lista de salas a las que asistía con alegría, unas veces en familia, otras con amigos y otras más acompañado de alguna chica del barrio. Pasaron por las pantallas de esos cines películas como Querida encogí a los niños, Batman para siempre, Jurassic Park y el relanzamiento de la afamada saga de Star Wars.

Para averiguar qué películas se estaban exhibiendo en los cines debíamos comprar los periódicos, que deparaban una página para publicar la cartelera de la semana. Solo entonces podíamos saber con precisión a qué hora y en qué cine podíamos asistir a distraernos con alguna película.  

Así continuó por un tiempo nuestras vidas y los cines hasta que un día, como todo, se extinguió. Las películas familiares acabaron reemplazadas por rollos de películas eróticas, que en poco tiempo atrajeron a un público sórdido y libidinoso. El cine Tauro, donde alguna vez la infantil Sirenita nadaba a colores en la pantalla grande, una vez se descubrió que era usado para el meretricio.

Curioso, pero al cabo de un tiempo, muchos de esos cines terminaron acogiendo a una multitud de fieles religiosos como una manera de exorcizarlas del pecado de la carne y la lujuria que habían tomado sus butacas. 

Hoy por hoy, y disculpen el tono nostálgico, las enormes salas han sido reemplazadas por los multicines. Los tickets para las funciones se anuncian y venden por internet. Y, claro, ya nadie tiene que correr para separar los asientos de la familia porque en estos tiempos modernos, mis queridos cinéfilos, uno puede elegir el asiento desde su celular. ¡De película! 

Arturo Valverde
30 de septiembre del 2025

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