María Isabel León
MÁS PAPAS AL CALDO
Incremento del PBI a la educación pública
Hugo Ñopo, economista líder de la división de Educación del BID, señaló recientemente en las redes sociales, que si queremos mejorar nuestra educación, el casi 4% del PBI que hoy se asigna al presupuesto nacional de este sector (3,87% en el 2016, para ser precisos, y que equivale a 24, 813 millones de soles) no alcanza. Tampoco alcanzará el tan mentado incremento al 6% ofrecido por algunos candidatos a la presidencia de la República, cifra resultado del consenso alcanzado años atrás en el Acuerdo Nacional. Señala Hugo que para lograr los objetivos de mejoras se requiere al menos destinar 11% del PBI al sector educación.
Nada sería mejor que destinar más de 70 mil millones de soles al presupuesto de educación pero la pregunta es, ¿y cómo lo hacemos? Nuestro presupuesto nacional para el año 2016 es de 138,491 millones de soles, es decir, asignar 11% del PBI a educación, significaría que casi el 50% de los ingresos nacionales deberían ser asignados a este importante sector pero, ¿qué haríamos con las necesidades de los otros sectores como salud, seguridad, transportes, etc? Para este año, el presupuesto de salud alcanza un poco más de 13 mil millones de soles y el de orden público y seguridad apenas por encima de los 8 mil millones de soles.
Lo cierto es que hoy, cada punto “extra” del PBI para educación sumaría más de 6,000 millones de soles. Llegar a 11% seria magnifico pero si nuestra economía no crece nuevamente no habrá forma de agregar una “sola papa más al caldo” en el 2017. Por ello, tenemos que impulsar decididamente nuestra economía y promover la confianza y el retorno de la inversión privada para honrar, entre otras cosas, a nuestros docentes públicos con salarios dignos, incrementado considerablemente el valor de la RIM (Remuneración Integral Mensual) que hoy define el monto de sus magros ingresos mensuales.
La educación en el Perú ha demostrado que más dinero no significa necesariamente mejores resultados sino, miremos las evaluaciones censales y los resultados de las evaluaciones internacionales en las que, invariablemente, ocupamos los últimos lugares. Por ello, debemos concentrarnos no solo en la gestión eficiente de recursos en el sector educación sino también en lograr que los docentes públicos sean atendidos como merecen y sean revalorados. Son ellos -los docentes- los verdaderos agentes del cambio, aquellos que tienen el contacto directo y personal con nuestros niños y donde debemos enfocar todas las reformas y baterías de cambios y redundará, qué duda cabe, en el beneficio y la verdadera mejora de la educación peruana.
Maria Isabel Leon
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