Franco Consoli

Los jóvenes conservadores

Cada vez son más, en el Perú y el mundo, aunque los medios intenten negarlo

Los jóvenes conservadores
Franco Consoli
15 de noviembre del 2024


El resultado de las recientes elecciones en Estados Unidos ha evidenciado lo que muchos venimos advirtiendo: el conservadurismo actual es, en gran medida, una reacción ante los intentos de cambio. Esto ocurre porque, con frecuencia, no se comprende plenamente qué debe conservarse hasta que surge el riesgo de perderlo. En esos momentos, los conservadores salen en defensa de instituciones y tradiciones que perciben amenazadas. Por primera vez en muchos años, un amplio sector de la juventud se une a esta causa de preservar en lugar de destruir.

Trump logró cautivar a muchos jóvenes, en especial a los hombres, y esto ha sido un pilar fundamental en su campaña. Según datos de AP VoteCast, superó a los demócratas entre los votantes jóvenes con un margen del 14%. Además, figuras como Charlie Kirk, Ben Shapiro, Matt Walsh, Jordan Peterson y otros íconos de Daily Wire han sido esenciales para captar el apoyo de esta nueva generación conservadora.

Cada vez más jóvenes rechazan de manera decidida los principios progresistas de la izquierda. Esta juventud, aunque no goza de la visibilidad en medios que tienen sus contrapartes progresistas, se opone firmemente a lo que consideran el sinsentido imperante en el mundo actual. Estos jóvenes rechazan, por ejemplo, los ataques al arte. Se oponen a quienes, por supuestas causas, vandalizan obras como La Gioconda de Da Vinci o Los girasoles de Van Gogh, personas a las que la BBC, con cierta complicidad, llama “activistas”. Estos jóvenes tampoco se dejan influenciar por la narrativa de figuras como Greta Thunberg, conscientes de que, aunque los medios insistan en presentarla como portavoz de su generación, ella no representa a la mayoría de la juventud mundial.

La juventud conservadora tal vez no se vuelva viral en redes sociales, dado que estas plataformas suelen favorecer el contenido superficial, provocador o progresista. Sin embargo, su presencia se ha sentido en estas elecciones. Kamala Harris, como figura prominente del progresismo, ridiculizó sus creencias, incluyendo su religiosidad, mientras que Trump les ofreció un espacio. Los resultados están a la vista.

Aunque en las últimas semanas han circulado videos de jóvenes demócratas lamentándose y llorando en redes sociales, estos no representan a la mayoría, sino a una minoría destacada en los medios. Un joven que ora o defiende sus valores difícilmente obtendrá los “likes” que recibe el contenido progresista. Pero en el fondo, eso no importa.

En una sociedad donde el progresismo permite, por ejemplo, que un padre pierda la custodia de su hijo por oponerse a la “transición de género” del menor, el sentido común ha prevalecido en estas elecciones. Los valores han primado sobre lo que muchos consideran ideologías destructivas. En el caso del aborto, aunque Trump no se declare abiertamente “pro vida”, su mandato facilitó que el fallo Roe vs. Wade fuera revocado, preservando el derecho a la vida en un momento en que el progresismo busca relativizarlo.

Las juventudes conservadoras están creciendo alrededor del mundo, aunque los medios intenten negarlo. En las recientes elecciones europeas, en los cinco países con mayor representación en el Parlamento Europeo (Italia, Alemania, Francia, España y Polonia), la mayoría de los menores de 30 años votaron a favor de la derecha conservadora.

En Perú, a pesar de que una gran mayoría de peruanos se identifican como católicos o cristianos, se intenta imponer la idea de que los jóvenes son predominantemente progresistas, especialmente a través de la llamada “Generación del Bicentenario”, que muchos perciben como apolítica y contraria a la religión. Sin embargo, los datos muestran que esta visión es inexacta.

Lo que debemos hacer, todos juntos, es alentar a los jóvenes conservadores a expresarse sin temor. La izquierda ha promovido la idea de que ser conservador equivale a ser retrógrado, y eso ha silenciado a muchos. Pero no debe ser así. Al contrario, quienes deberían cuestionarse son los progresistas que defienden prácticas como la mutilación de menores o el aborto. Los conservadores deben inspirarse en el ejemplo de Estados Unidos y pronunciarse abiertamente, defender sus valores y proteger principios fundamentales para evitar que la sociedad quede bajo la influencia de quienes carecen de ellos. Este ejemplo nos enseña que no estamos solos, y que la razón y la verdad están de nuestro lado. Aunque seremos impopulares ante los medios, como dijo Roger Scruton, “si lo hacemos por una buena causa, eso será una garantía frente a la desesperación”.

Franco Consoli
15 de noviembre del 2024

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