Alan Salinas

Lima decide

Un escenario electoral volátil y cambiante

Lima decide
Alan Salinas
03 de octubre del 2018

 

En un país en el que las identidades políticas están prácticamente pulverizadas y en donde campea la volatilidad electoral cada cuatro años, es necesario dar ciertas pinceladas de análisis a la oferta política que se nos presenta de aquí hasta el domingo. Para eso, partiré de una pregunta sencilla: ¿qué representan para este electorado tan cambiante de una elección a otra?

De acuerdo a la encuesta de Datum del último domingo, hemos podido apreciar que quien lidera la intención de voto al sillón de Lima es Daniel Urresti, de Podemos Perú, con 23,4%; seguido de Jorge Muñoz, de Acción Popular, con 20,2%. En el tercer lugar está Renzo Reggiardo, de Patria Segura, con 16%; y en el cuarto lugar, Ricardo Belmont, de Patria Libre, con 7,4%. Un partido político en medio de tres franquicias.

Hasta antes del domingo, Renzo Reggiardo era el que lideraba en las encuestas, seguido De Ricardo Belmont y en el tercer lugar Daniel Urresti. Uno piensa, a pocos días de la elección, que el electorado cambió rápidamente de parecer debido a que la inasistencia al debate de parte de Reggiardo y la duda —en un principio— de Belmont han influido en sus bajas en las encuestas. Es lo que sostienen los analistas.

¿Y Urresti? A pesar de no ser un candidato preferido por el establishment mediático, subió rápidamente. ¿Fue su asistencia al debate? Pues hay algo de eso que influye, pero no es lo determinante. Lo determinante es que ante un tema tan urgente como es la inseguridad ciudadana, ha mostrado un discurso y una performance de combate directo. Ha mostrado también una manera sencilla y directa de abordar el tema.

No es mi candidato favorito para este domingo, pero es lo que aprecio al momento de preguntar sobre este candidato, cuando me dicen que votarán por él. La respuesta más curiosa fue “es irreverente”. El jueves, según la prensa, habrá veredicto del juicio que se le sigue. A esperar.

Desde la transición democrática hasta ahora, en estos cinco periodos consecutivos de elecciones a la alcaldía, he encontrado en el electorado limeño, además de pragmatismo para migrar el voto sin ningún tipo de discriminación ideológica, una cierta predilección por el discurso y performance de “soluciones” a temas urgentes. Vale decir, no necesariamente soluciones reales e integrales a nuestros problemas más urgentes, sino un discurso y estilo de ofertar los temas que apremian a la ciudad. Es una hipótesis que tengo.

Eso sí, el electorado limeño ha aprendido a votar. Eso lo pudimos apreciar en la revocatoria, cuando se optó por no sacar a Susana Villarán de la alcaldía, pero sí revocar a la mayoría de sus regidores. Con el tiempo, y con el afianzamiento de la democracia en el país, el electorado aprenderá a tomar decisiones políticas.

Es parte de nuestra aún adolescente democracia ver escenarios volátiles, muy cambiantes. Pero tengamos en cuenta algo: el limeño y la limeña está aprendiendo a votar, más allá de la influencia de los medios de comunicación.

 

Alan Salinas
03 de octubre del 2018

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