Las rondas campesinas de Macusani

Macusani es la capital de la provincia de Carabaya en Puno. Está a 4,500 m.s.n.m. y tiene como característica que el poder político está en manos de las rondas campesinas en los diez distritos que lo conforman. El Estado (Poder Judicial, Municipalidad, Gobierno regional, policía, etc.) está subordinado a las rondas. Los ronderos fiscalizan, administran justicia y dan seguridad a los casi 120,000 habitantes de esta extensa provincia altiplánica.

Las rondas campesinas se organizaron para erradicar el abigeato y combatir el terror senderista. Sin embargo lentamente fueron asumiendo la conducción política de esa región debido a la deslegitimación de las autoridades estatales, que son señaladas como corruptas e ineficientes. Los ciudadanos de Carabaya con quienes conversé respaldan plenamente la autoridad de los ronderos porque actúan honestamente y castigan severamente a quienes delinquen.

Los ronderos son el poder popular instalado de facto; no son de izquierda ni de derecha, simplemente quieren el desarrollo de sus pueblos. Incluso me atrevería a decir que por su extracción campesina son conservadores. Surgen por el vacío de poder y la degradación de las autoridades políticas en todos sus niveles. Los puneños ven con desconfianza la inversión pública y privada porque, según ellos, “siempre buscan robarle a los campesinos”. Los alcaldes, los gobernadores, los presidentes, los ministros, son señalados como suas (ladrones en quechua).

Macusani es también la capital de los alpaqueros. Doña Teodora Cano Ccoa, presidenta de la asociación de alpaqueros me dijo: “Nosotros queremos ser los primeros productores del Perú y exportar la mejor fibra al mundo. Además coordinamos con los ronderos para organizar la lucha por más canales de riego, centros de acopio y la construcción de miniplantas procesadoras de fibra de alpaca, que le darán valor agregado a nuestra lana. Tendremos mejores precios y nunca más las empresas que compran nuestra fibra podrán abusar de nosotros”. Además dice: “No tenemos miedo a trabajar con la empresa privada siempre y cuando no nos engañe”.

La unidad de las organizaciones campesinas de la provincia de Carabaya es ejemplar. Todas tienen el mismo objetivo: el desarrollo de la producción alpaquera y la defensa de la hidroeléctrica de San Gabán, que administran la empresa GEPSA y la empresa Hydro Global, encargada de San Gabán III. Leonardo Pilco, presidente de las rondas campesinas del distrito de Macusani, señala: “Estas empresas, prepotentemente y con artimañas, pretenden llevar la subestación eléctrica a Sicuani —provincia cusqueña—, y el pueblo de Carabaya lo impedirá. Los ronderos estamos evaluando qué medidas vamos a tomar. Asimismo, señaló que la encargada de San Gabán III está engañando a los campesinos para conseguir la licencia social; y que frente a la burla y la mentira, ellos se preparan para defender los intereses de su pueblo.

Cuando les preguntan a los puneños por el Gobierno inmediatamente piensan en Evo Morales como referente de poder; lo sienten uno de ellos, creen que él siempre los va ayudar y defender. Al “presidente” Pedro Pablo Kuczynski lo ven como un gobernante de un país vecino. “Parece presidente de una ONG gringa”, me dijo un antropólogo de la Universidad Nacional del Altiplano.

El Perú (o tal vez los perús) es una inquietud ardiente. Recorrerlo te convierte, casi siempre, en un profeta de catástrofes sociales. Pero en cualquier momento esos países que conviven en este incomparable territorio que llamamos Perú, te sorprenden por la forma como enfrentan la realidad.