…la sangre de Lorca partida a jirones

Una ´separata´, según el diccionario de la RAE y nuestra experiencia cotidiana, es una ´impresión por separado´ de un artículo o ´capítulo publicado en una revista o libro´. Y el concepto ´separatismo´, si bien alude a asuntos territoriales, bien puede extrapolarse al primer término en lo que atañe a división. De hecho –y según Corominas en su Diccionario Etimológico– la palabra ´impresión´ está asociada con la palabra escindir.

¿De qué nos separarían/escindirían las separatas? Del todo de un libro. De la inteligencia de una integridad. Pues no es lo mismo leer unos capítulos de una obra codificada como un todo lógico que leer simplemente jirones de ella; sueltos que nos dan una idea –en el mejor de los casos– de alguna parte tal vez importante del libro, pero que ignoran de raíz no solo el todo de un libro, sino el espíritu que lo animó y que trasunta en todas y cada una de sus páginas. En buen romance, entonces, la separata nos separa/escinde del conocimiento. Podríamos hasta decir que es un antecedente del hoy famoso Rincón del Vago, sitio muy visitado por los universitarios en Internet.

Y ocurre que en la mayoría de universidades la separata ha reemplazado al libro. En verdad constituye la abdicación del maestro respecto a conocer el pensamiento de un autor; en aras del fast book reclamado por la pereza y superficialidad del estudiante. Ya no hay Marx y El Capital; ya no hay Smith y La Riqueza de las Naciones. Tenemos marxistas que no leyeron a Marx y liberales que no leyeron un libro capital de Smith. En este último caso menos leyeron Teoría de los Sentimientos Morales, que atañe a aspectos axiológicos que subyacen al ´inhumano´ y frío mercado.

Ocurre algo más en las aulas universitarias. Los profesores elaboran hoy ´PPTs´ llenos de citas y los leen durante la clase. Mientras los alumnos juegan con sus celulares. Al final de la clase, esos mismos estudiantes no tienen vergüenza alguna en pedirle al profesor sus láminas para estudiar de allí la clase en la que en verdad no estuvieron. También fuga del conocimiento. 

Y esta –la de las separatas– es costumbre desde los setenta/ochenta. Y la de los PPTs es arma de la ´calidad educativa´ de la que se enorgullecen hoy las universidades más modernas.

No es entonces ´la sangre de Lorca partida a jirones´ lo que el alumno lleva consigo. Esa es una metáfora del todo lorquiano. Es Lorca privado de su espíritu y reemplazado por la narrativa de su vida y obra hecha jirones. A la cual se le ha sustraído el espíritu.

En este contexto es penosamente explicable que muchos hayan elevado a la categoría de héroe a un energúmeno que de improviso y a traición, le propinó un puñetazo a un adulto mayor. 

En la novísima reforma educativa de Japón se exige a los estudiantes leer un libro íntegro por semana. Físico o virtual. ¿No sería saludable imitar esta propuesta?

Una democracia –más que una dictadura– requiere de gente informada cabalmente. Alimentada de espíritu y valores. Lamentablemente estos se han ausentado de la educación desde la escuela temprana hasta la propia Universidad. Y entonces tenemos fanáticos de la nada. Que jamás leyeron la Constitución que ´ha sido pisoteada´, pero que ellos mismos creen conocer en cuerpo y alma.

Tenemos, pues, turbas para el selfie, no demócratas luchando por sus derechos y menos por los derechos de los demás. Ignorantes –en su mayoría– de que no solo tienen derechos, sino también deberes. Y uno de ellos es el respeto a la vida, a la integridad física del otro y a la propiedad.