Jorge Morelli
La receta del chavismo
En el Perú no existe reforma constitucional por referéndum

La receta del chavismo es un bodrio que no aceptará el pueblo. Primero, se tiene que convocar mañosamente a un plebiscito –al que se le llamará referéndum para que parezca constitucional– con el objeto de que se elija solo entre dos opciones: a favor o en contra. Segundo, el plebiscito preguntará si está de acuerdo con que una asamblea constituyente apruebe una nueva constitución. Tercero, convocará a elecciones para una la asamblea constituyente e, instalada esta, declarará que el Congreso es un poder constituido subordinado al poder constituyente. La asamblea coexistirá por un tiempo con el Congreso hasta que esté terminado el bodrio constitucional. Aprobada este por la asamblea, el Congreso es disuelto.
Este es el circo puesto en escena en su oportunidad en Venezuela, en Nicaragua, en Bolivia. Lo harán acá si pueden. El quid del asunto está en el Tribunal Constitucional. Para matar el engendro en la madriguera, la convocatoria a referéndum para reformar la Constitución debe ser objeto de una demanda de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional. Basta un 25% del número legal de congresistas. La inconstitucionalidad nace de que la propia Constitución establece que “Toda reforma constitucional debe ser aprobada por el Congreso con mayoría absoluta del número legal de sus miembros y ratificada mediante referéndum. Puede omitirse el referéndum cuando el acuerdo del Congreso se obtiene en dos legislaturas ordinarias sucesivas con una votación favorable, en cada caso, superior a los dos tercios del número legal de congresistas” (art. 206). Como se ve, no existe reforma constitucional por referéndum.
La receta del chavismo se halla fuera del ámbito de la Constitución, la democracia y el Estado de derecho. Al final del día, todo se reduce a que esta batalla se halla atada a una batalla anterior: la de la composición del Tribunal Constitucional. Como se sabe, sus miembros son elegidos por el Congreso con dos tercios de los votos del número legal de miembros. De allí que la reactivación del nombramiento, pendiente hasta hoy, de seis de los siete miembros del TC sea en este momento el hecho político medular. Que la prensa no repare en ello no debe sorprender a nadie. Rara vez ve más allá de sus narices.
El hecho es que la caviarada en el Congreso no tiene los dos tercios de los votos que hacen falta para nombrar hoy a los miembros del TC que votarán mañana sobre la constitucionalidad de su pseudo referéndum. El candidato de la izquierda ha declarado el lunes: “Seremos respetuosos de esta Constitución Política hasta que el pueblo lo decida a través de un referéndum”. Uno sospecha que es una forma de zafarse del problema. Ya sabe que en el Perú la receta es un bodrio chavista que no aceptará el pueblo.
COMENTARIOS