La oposición es la inmensa mayoría

Masivo rechazo al poder oficial de la élite política

La oposición la conforma hoy la inmensa mayoría popular, y no es —como algunos creen— la que está en el Congreso, compuesta por 72 representantes del fujimorismo. La inmensa mayoría opositora es la misma que desaprueba y se siente engañada por el Poder Ejecutivo conducido por los tecnócratas; la que no cree en el periodismo, ni en la televisión ni en la radio, a quienes ve como cómplices de las élites y de las instituciones estatales y privadas corruptas; y la que ve con rabia a los empresarios insaciables, capaces de corromper a quien sea para ganar dinero.

Tampoco representa a la oposición mayoritaria el Apra, alejada del sentimiento popular; menos los grupos de izquierda envueltos en peleas cainitas por un pequeño liderazgo. La oposición verdadera es la que protagoniza la inmensa mayoría integrada por millones de ciudadanos que luchan cada día contra el poder infame de las élites.

Un sentimiento de desaliento y desconfianza se expande con indignación por el país. Surgen entonces, en esta situación, ciertas interrogantes: ¿pueden ser la libertad del ex presidente Fujimori o la censura de los ministros temas central de la preocupación y atención del Gobierno?, ¿es lo que demanda con urgencia resolver la inmensa mayoría?

Frente a esta realidad el presidente le inyectó una sobredosis de poder a Fernando Zavala, y esta da la impresión de ser una repartija entre amigos que la mayoría de peruanos rechaza. Además, la próxima semana se inicia la huelga médica —convocada por todos los gremios del sector— para exigir la renuncia de la ministra de Salud. Por otro lado, miles de familias en Piura siguen viviendo en carpas, sin baños ni agua potable, expuestos al dengue y a las peores enfermedades.

La indignación ciudadana aumenta por el asesinato de Jorge Luis Huamán y Jovi Herrera Alania, jóvenes trabajadores encerrados como esclavos en uno de los containers del tercer piso de las Galerías Nicolini. Este crimen puede desatar una masiva protesta popular. Edgar Zegarra, dirigente de los informales cusqueños dice: “La muerte de estos trabajadores en Lima no puede quedar impune, como tampoco la de los soldados ahogados ni la de los policías asesinados en el VRAEM por culpa del gobierno. No podemos seguir así, tenemos que sacarlos a todos ya. Estamos hartos de la corrupción de todas las autoridades”.

Carlos Tisoc, asesor de las comunidades nativas y de las organizaciones sociales de la Convención (Cusco) me dijo: “En La Convención manda la corrupción, el narcotráfico y la prepotencia de las empresas del Consorcio Camisea, que como Transportadora de Gas del Perú (TGP) paga una miseria al consejo menor de Kiteni por el aeródromo, y nadie hace nada en el Congreso. Es hora de recuperar la dignidad”.

La Federación de Cafetaleros de la Selva central tiene una posición más radical. Ellos señalan: “No existe política agraria, no hay nada; solo paliativos mediocres del Gobierno de PPK”. Hermes Cauna, dirigente aymara está convocando a una movilización contra el Gobierno por el incumplimiento de sus promesas electorales. Andahuaylas tiene quince días de paro indefinido contra la corrupción de los gobiernos municipal y regional, y del Poder judicial; y seguirán hasta el final, según afirman los dirigentes del Frente de Defensa.

Este masivo rechazo al poder oficial de la élite política y empresarial no es escuchado ni comprendido. En estas condiciones el país camina a la deriva y la mayoría silenciosa en cualquier momento se puede convertir en violenta y ruidosa protesta popular.

Tino Santander Joo