La fortaleza del sol en Lima

A pocas semanas de inaugurarse los Juegos Panamericanos en Lima, los diarios de esta semana informaban que la capital del Perú es una de las ciudades más caras de Sudamérica. Para cualquier ciudadano de a pie o un empresario, el alto costo de vivir en Lima tiene su explicación principal en los altos costos que se originan por el caos del transporte, las pérdidas de tiempo, el estrés y los gastos de combustible, entre otros aspectos. Sin embargo, para los inversionistas extranjeros esa no es la variable principal. La razón principal radica en algo que no han reparado los economistas: la fortaleza de la moneda peruana. 

Esta constatación tiene un lado malo y un lado bueno. La mirada de los inversionistas extranjeros contrasta con la opinión de varios economistas peruanos, por los evidentes signos de estancamiento de la economía peruana. Y es que, pese al fortalecimiento del dólar, la elevada volatilidad del tipo de cambio en la región y el salto en la aversión al riesgo del mercado, las principales monedas de América Latina se han mostrado resistentes y se han estabilizado. De estas, el sol peruano ha mostrado la volatilidad más baja en los último doce meses. 

Para el especialista, Gabriel Regalado de la institución Mercer Perú, el costo de vida es uno de los elementos que las empresas evalúan para la toma de sus decisiones; sin embargo, existen otros puntos que también entran en el análisis. Por ejemplo, un factor relevante es la situación macroeconómica del país al que planean llegar, que en el caso del Perú es bastante buena. El hecho de que tengas un país que sigue creciendo por encima de 3%, y que tiene el potencial para alcanzar tasas superiores, es importante. Además, la economía peruana ha optado por la descentralización.

Lima, como capital, es atractiva, pero también el mismo Perú es atractivo desde el punto de vista del extranjero, por lo que he mencionado. Entonces el costo de vida es un factor que tienen que buscar mitigar si quieren instalarse. No olvidemos que Lima tienen ya competencia como ciudad, al interior del propio país, por el surgimiento de unas diez ciudades que ya tienen rango metropolitano como Arequipa, Cusco, Trujillo, Piura y Chiclayo, entre otras. En ellas la oferta turística, el clima de negocios, la capacidad hotelera y las facilidades para la inversión han mejorado sustantivamente. 

Según las mediciones desarrolladas por la consultora global Mercer, la ciudad de Lima ocupó el cuarto lugar entre las ciudades más caras para vivir y trabajar en Sudamérica, casi en el mismo nivel que Río de Janeiro (Brasil). El estudio evalúa diversas variables como la inflación, la apreciación o depreciación de la moneda local, y la fluctuación de los precios de los bienes y servicios (transporte, comida, vestimenta y entretenimiento, entre otros rubros). Para Mercer Perú este resultado se explica, sobre todo, por la moneda peruana. Y es que el encarecimiento de Lima está influenciado por la fortaleza de la moneda local frente al dólar, en comparación a la devaluación en otros países.

Las empresas multinacionales se enfocan en trasladar a sus ejecutivos a las principales ciudades donde tienen operaciones, con la finalidad de impulsar sus negocios. Por ello, evalúan variables que influyen directamente en el costo de vivir en dichas ciudades. Nuestra capital tiene retos muy importantes en lo que se refiere a la atracción de capital extranjero porque —siendo una ciudad cara— ocasiona que las casas matrices vean a todo el Perú como un país en el que están obligados a tener una buena rentabilidad para compensar el costo de vida.

El reto se traslada a las empresas, que tienen la necesidad de crecer rápidamente y con rentabilidad, toda vez que sus costos (salarios y beneficios) tienen una apreciación al alza para las casas matrices, cuando se reportan en dólares. Se da un equilibro cuando una ciudad es costosa, pero los ingresos de los trabajadores son elevados. Por ejemplo, Hong Kong es la ciudad más cara para vivir y trabajar (ocupa el primer puesto en el ranking), pero se obtienen los salarios más elevados del mundo, lo que denota una correlación perfecta.

Sin embargo, principalmente en las ciudades sudamericanas —y Lima no es la excepción—, se registran costos de vida alto y salarios que son atractivos en la región, pero no son los más altos. En consecuencia, la capital del Perú, en el contexto sudamericano sigue siendo una ciudad atractiva para el talento profesional extranjero, pero a las empresas les crea la necesidad de ser más eficientes con el gasto.

La realización de los Juegos Panamericanos —que reunirá a 41 países, en 39 deportes y con la participación de 6,700 deportistas— será una excelente ocasión para que las autoridades nacionales y locales muestren las bondades de invertir en diferentes rubros en la capital peruana. La proyección que ha hecho el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo es que ese evento internacional deportivo atraerá a unos 75,000 turistas. He ahí el reto: que estos visitantes extranjeros se conviertan en voceros positivos sobre los atractivos de la ciudad de Lima, cuando al culminar los juegos deportivos se lleven una óptima impresión de las virtudes de la capital y el positivo clima de negocios que ofrece. Dirán entonces que, pese a los altos costos de residir en Lima, a la larga tendrán éxito en sus inversiones.