La farsa de Chinchero

El ministro de Transportes y Comunicaciones, Bruno Giuffra, en complicidad con el gobierno regional del Cusco, anunció demagógicamente en la ciudad imperial “que nada detendrá la construcción del aeropuerto de Chinchero”. El prepotente ministro dijo: “Yo, soy el ministro y tienen mi palabra” ante la risa generalizada de los periodistas que escuchaban sus hilarantes promesas. En el Cusco nadie le cree al Gobierno; y menos al Gobierno regional, que ha sido encubridor de la farsa de Chinchero por su incapacidad política para impulsar el aeropuerto internacional y otras obras imprescindibles para la región.

El profesor Eddy Murillo dice: “El aeropuerto internacional no puede estar al servicio de los intereses comerciales de algunas líneas aéreas y de las grandes empresas de turismo, que solo buscan lucrar con Machu Picchu y no les interesa el desarrollo sostenido de la región. Cusco necesita un tren de cercanías que una el aeropuerto de Chinchero con la provincia de Sicuani. Sin el tren todo es una farsa, porque el tráfico de ingreso a la ciudad por Anta es un caos, y con el nuevo aeropuerto será una tragedia. Además no tenemos vías de acceso rápidas. No tenemos nada y todo son ilusiones y fantasías de políticos corruptos como PPK”.

David Ugarte Vega Centeno, exdirector de la Dirección Desconcentrada del Ministerio de Cultura de Cusco me dijo: “El problema con el aeropuerto de Chinchero es que no tenemos una ley de gestión territorial que proteja al Valle Sagrado del Cusco de la informalidad imperante en el país. La codicia de los empresarios de todo tipo va a destrozar una de las zonas más bellas del Perú; no solo por su diversidad geográfica, sino también por su significado histórico y cultural. No olvidemos que en Aguas Calientes, en Machu Picchu, todo el mundo hace lo que le da la gana, nadie respeta nada y es una lucha constante contra la mafias organizadas, que tienen mucho poder. Increíblemente el Estado ha sido derrotado”.

Edgar Zegarra, dirigente de los comerciantes informales me contó: “Los dirigentes sindicales del Gobierno regional han denunciado la complicidad política del gobernador regional, Licuona, con el ministro de Transportes, Giuffra. El Gobierno financia la culminación del asfaltado de las carreteras a Paruro y Paucartambo en compensación por no hacer el aeropuerto de Chinchero. Es más, han denunciado que la red de carreteras del sur y norte de la región está en arbitraje con varias empresas socias del corrupto “club de la construcción”, en el que estaría implicado Licuona, como exfuncionario de confianza del exgobernador humalista Jorge Acurio, preso por corrupción. Además esas empresas financian a una serie de voceros para que sean eco de las propuestas centralistas del ministro Giuffra”.

Carmen Quispe, dirigente de la Federación de Campesinos de Anta, me dijo: “No hay nada para los campesinos; así no más estamos, nadie se recuerda del campo. Ese gringo llula (mentiroso) nos engañó a todos los que votamos por él, nos prometió que nos ayudaría y todo es mentira. Muchos esperamos la construcción del aeropuerto para trabajar, pero a ese machu upa (viejo zonzo) no le creemos”.

Leocadio Zavala, comunero del distrito cusqueño de Ccorca, me dice: “Los cusqueños, a pesar de nuestros graves problemas, somos indiferentes. Nadie cree en nadie y nos hemos convertido en un pueblo vencido, derrotado y tratado con desprecio por los grandes intereses económicos y la corrupción política. No tenemos capacidad de reacción. Yo no acepto pertenecer a un pueblo vencido. Algo haremos para que nuestro pueblo reaccione”.

Visto y oído en la primera semana de los carnavales de la ciudad imperial del Qosqo.