Tino Santander
La derrota de los duendes
Crónica de una batalla política con Tierra y Libertad en Quellouno
Los duendes son espíritus mágicos que tienen diversas formas. El “Chullachaqui” (chulla-falso-; chaqui-pie), es el duende andino-amazónico, es “la madre del bosque”. El Chullacahaqui tiene un pie humano y el otro de animal (venado, tortuga, sajino). Este espíritu fantástico se ha encarnado en los militantes de “Tierra y Libertad”, quienes se proclaman los guardianes de la naturaleza.
Los nuevos Chullachaquis del Perú quieren un país de campesinos y pastores pobres. Rechazan la explotación de los recursos naturales (pesca, agroindustria, minería, hidrocarburos, etc.). Señalan que la agricultura debe ser la base económica del desarrollo, ignorando que solo el 15% de nuestro territorio es apto para la actividad agropecuaria.
Los duendes se movilizan, acusan de corruptos, denuncian la contaminación, gritan, toman carreteras, se organizan y, por supuesto, “defienden al pueblo”. Ahora tienen candidato presidencial (Arana y Mendoza) y hacen de todo para que el pueblo note su mágica presencia.
El lunes pasado, en Quillabamba, La Convención, se reunieron los campesinos del Comité de Riego de Campanayoc-Mercedesniyoc del distrito de Quellouno, la empresa Odebrecht, el alcalde de Quillabamba, Wilfredo Alagón, el congresista Hernán La Torre, “representando a La Convención”, y funcionarios de los sectores Agricultura y Energía y Minas, para resolver las demandas del comité de regantes.
Fue una asamblea en la que debatieron los Chullachaquis de Tierra y Libertad contra el Estado (siempre ausente y que aparece solo en las crisis) y el representante de Odebrecht. Sin argumentos para sustentar “su plataforma”, los Chullachaquis utilizaban demagógicamente la pobreza y la desinformación de los campesinos que escuchaban a las partes sin entender muchas veces lo que sucedía.
El alcalde de Quellouno, el ex sacerdote Roberto Quedcaño Alarcón, fue desautorizado constantemente por su Gerente Municipal, que llevaba el hilo del debate; y el congresista La Torre no aportó ninguna solución. El funcionario de agricultura -del programa “Mi Riego”- propuso una solución concreta a los campesinos en relación al proyecto de irrigación del sector de Campanayoc-Mercedesniyoc.
Los Chullachaquis de “Tierra y Libertad” lloraban por el padre ausente (el gobierno), y en un acto de magia reemplazaron al padre: su nuevo papá sería Richard Díaz, funcionario de Odebrecht, a quien le dieron nuevas obligaciones: reforestar el distrito; construir carreteras, colegios, donaciones futuras, etc. Y el gobierno nacionalista tiene !100 mil millones de soles guardados por incapacidad de gasto!
En Quillabamba se desarrolló una batalla entre las posiciones democráticas contra el animismo mágico de Tierra y Libertad, fue una cruzada contra los duendes que se esforzaban para no llegar a un acuerdo y seguir bloqueando las carreteras.
Los Chullachaquis no quieren que se construya el gasoducto sur peruano. Declaran que están a favor del ducto, que es esencial para la industrialización del sur peruano, pero, reitero, seguirán apareciendo y desapareciendo mágicamente en todo el Perú, boicoteando toda inversión en recursos naturales.
Los campesinos de Quellouno y la realidad derrotaron a los duendes de Tierra y Libertad, que firmaron el acuerdo a regañadientes. No sin antes amenazar a la audiencia que el incumplimiento significa retomar sus “medidas de lucha”. El gobierno regional cusqueño es un fantasma del que nadie se acuerda. No existe.
Esta es la crónica de futuras batallas de los pueblos del Perú, contra los duendes derrotados por el momento en Quellouno.
Por: Tino Santander Joo
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