Silvana Pareja
La alfabetización en IA para todas las escuelas
La verdadera revolución en educación
El Perú se acerca a un nuevo proceso electoral, y una pregunta debería estar en el centro del debate: ¿qué pasará con la educación si seguimos aplazando la enseñanza de la inteligencia artificial (IA) en las aulas? No se trata de una moda tecnológica, sino del lenguaje del futuro. La UNESCO advierte que la IA “tiene el potencial de abordar algunos de los mayores desafíos de la educación, innovar la enseñanza y acelerar el progreso hacia el ODS4”. No incluirla en el plan curricular sería aceptar, en silencio, una nueva forma de exclusión: la brecha entre quienes entienden el mundo digital y quienes solo lo observan desde fuera.
La exclusión educativa del siglo XXI no consiste solo en no tener escuela o internet, sino en no comprender los códigos que rigen la nueva economía del conocimiento. Los niños y jóvenes que no aprendan a usar, interpretar y crear con IA estarán en desventaja frente a una generación global que ya convive con tutores digitales, analítica de aprendizaje y herramientas automatizadas. UNICEF plantea con claridad que los Estados deben “reconocer las oportunidades y los riesgos únicos que la IA representa para los niños, y actuar para aprovecharlos y mitigarlos”. No hacerlo significaría reproducir desigualdades históricas, esta vez en el plano tecnológico.
El mundo ya se mueve. Corea del Sur entrena a sus docentes en IA para personalizar la enseñanza. Estonia integra el pensamiento computacional desde la primaria. Emiratos Árabes Unidos ha hecho obligatoria la alfabetización en IA en todas sus escuelas. La OCDE prevé que el avance de estas tecnologías transformará qué y cómo se enseña, y que las habilidades más valoradas serán la creatividad, el pensamiento crítico y la ética digital. El Banco Mundial coincide: la revolución de la IA está redefiniendo la educación a una velocidad sin precedentes.
En el Perú, el Ministerio de Educación ha anunciado la formación de 50,000 docentes y estudiantes en inteligencia artificial y la ejecución de programas piloto en regiones como Lima, Cusco y Arequipa. Además, el Congreso declaró de “interés nacional” la inclusión de contenidos de IA en el currículo escolar. Sin embargo, los avances son aún incipientes. Aunque casi el 90% de los docentes muestran interés en aprender sobre IA, solo el 38% la ha usado en su práctica educativa. La Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial 2021-2026 ofrece un marco, pero aún no una implementación efectiva en el aula.
No enseñar IA no es neutral: amplía la brecha entre la escuela pública y la privada, entre la ciudad y el campo, entre quienes pueden adaptarse al cambio y quienes quedarán al margen. La alfabetización en IA debe ser un derecho básico, como leer o escribir. Sin docentes capacitados, conectividad estable y contenidos adaptados al contexto peruano, la tecnología se convertirá en privilegio y no en herramienta de justicia.
El futuro no espera. Cada año que pasa sin integrar la IA en la educación es una década perdida para la juventud peruana. La decisión no es tecnológica, sino ética: o hacemos de la inteligencia artificial una herramienta de igualdad, o la convertimos en una frontera de exclusión. El ayer fue la oportunidad perdida, pero el hoy es la promesa de un mañana donde cada joven peruano prospera, impulsado por el poder transformador de la IA.
















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