Giovanna Priale

Inversión en educación

Ahora que se aproxima el inicio de clases escolares

Inversión en educación
Giovanna Priale
08 de febrero del 2019

 

Cuando descubrí la teoría del capital humano de Lucas (en la universidad) y luego la profundicé en la maestría, me volví a enamorar de la economía. Elegí la carrera pensando que podría ayudar a mejorar la condición de vida de la población más vulnerable, “enseñándoles a pescar, en lugar de regalarles el pescado”. Entonces la educación se convirtió en una herramienta capaz de generar movilidad social y, por ende, la inversión en este activo intangible era la más potente no solo para cambiar la vida del estudiante, sino también la de su grupo familiar y su comunidad.

Así me embarqué por muchos años en la idea de promover la inversión en educación, pues pensaba que aunque el mercado peruano no pudiese absorber toda la mano de obra capacitada, esta podría migrar, pues la globalización convertía al conocimiento humano en un recurso valioso. Como ejemplo podríamos mirar a India y a los miles de jóvenes de ese país que han estudiado en las más prestigiosas universidades y trabajan en las grandes corporaciones internacionales, o son capaces de exportar servicios de informática y contabilidad al resto del mundo.

No obstante, para que la educación sea una inversión se requieren dos requisitos básicos: que esta sea de calidad y a un precio asequible. Hoy son millones los jóvenes que terminan la formación secundaria y la universidad; y lo cierto es que a pesar de que el número de institutos privados, que dicen ser mejores que los públicos, se ha incrementado sustantivamente, la calidad y el precio que ofrecen no garantizan que los jóvenes egresados consigan empleo adecuado ni, mucho menos, contribuyan al crecimiento de la economía a nivel mundial.

Es un tema complejo de abordar, pero indispensable. Es cierto que en Perú existe abundancia de empresas informales y poca generación de empleo formal. Pero también es válido preguntarnos si los jóvenes de hoy están recibiendo la mejor educación, si manejan las herramientas necesarias para innovar y ser competitivos en un mundo en el que los robots y las soluciones tecnológicas reemplazan día a día las tareas más mecánicas.

Una muestra palpable de esta pobre educación, y que incluye a personas de todas la edades, la vemos día a día en las redes sociales, en las que es más fácil insultar o atacar repitiendo las ideas de otros, en lugar de discutir de manera alturada argumentos y soluciones técnicas para abordar problemas de fondo. Problemas como la persistencia de la anemia, la ineficacia de los programas de asistencia social para superar la pobreza, los malos resultados de Perú en las pruebas PISA, la falta de atención médica, entre otros.

Sin embargo, hay otro tema que me parece fundamental: sin educación de calidad a precios asequibles no hay manera de superar la pobreza. Y resolver esta ausencia debe ser la primera tarea de cualquier gobierno. Pero para el logro de esta meta común como país hace falta construir, sobre la base del respeto y la tolerancia, un modelo educativo público que premie el esfuerzo y que, al mismo tiempo, eleve el nivel cultural de la población. Entonces será posible discrepar, construir consensos y avanzar pensando siempre primero en el Perú, porque el futuro es de nuestros hijos.

 

Giovanna Priale
08 de febrero del 2019

NOTICIAS RELACIONADAS >

Lo tuyo, lo mío, lo nuestro

Columnas

Lo tuyo, lo mío, lo nuestro

Vine a Lima desde Huancayo cuando tenía cuatro años de e...

24 de junio
Por la libertad de Juan Chamorro, en Nicaragua

Columnas

Por la libertad de Juan Chamorro, en Nicaragua

El pasado 8 de junio mi querido amigo Juan Chamorro y su esposa fueron...

10 de junio
Reflexiones

Columnas

Reflexiones

En momentos tan difíciles como los que estamos atravesando actu...

20 de mayo

COMENTARIOS