Jorge Varela
Gobierno chileno en tránsito
Prefiere caminar antes que volar

Cuando una persona o una cosa inanimada (un vehículo, por ejemplo) se desplaza de un lugar a otro –utilizando energía propia o ajena– se dice que se encuentra en tránsito: que está transitando. En el primer caso el humano actúa voluntariamente, en el segundo la voluntad no existe: se trata del desplazamiento sin conciencia que causa un cambio de ubicación, (se ha movido sin querer).
Los humanos se mueven de manera consciente, lo hacen por sí mismos tras la consecución de objetivos, de aspiraciones, de utopías, de sueños, de ideales. Son seres racionales animados, dotados de inteligencia, espíritu y voluntad. Puede que algunas personas lo hagan de modo inconsciente por otros motivos, por impulso, por adicción o ignorancia; condición que las acerca al mundo animal y las asimila a la naturaleza de cuasicosas. Distinta es la situación de las instituciones. Aquí es más preciso hablar de transición.
¿Y los gobiernos? ¿Qué pasa con ellos: transitan, avanzan, evolucionan? ¿Tropiezan en el camino, se estancan, retroceden? ¿Caminan o no caminan?
Vamos lento, vamos a seguir caminando
Gabriel Boric expresó al asumir que su gobierno no iba a ser el fin de la marcha por un futuro digno y que no le importaba ir lento, siempre que no se abandonaran los objetivos: “vamos lento porque vamos lejos”. Estas expresiones hicieron que muchos chilenos viejos recordarán el eslogan de una antigua empresa aseguradora (de captación y capitalización de ahorros) hoy inexistente: “no temas ir despacio, solo teme no avanzar”.
Otra de sus frases fue: “vamos a seguir andando” (discurso de asunción, 11 de marzo de 2022). Boric recién iniciaba su recorrido y ya anticipaba: “vamos lento”, cuando debió decir: “iremos lento”. Y eso que aún no se conocían las chapuzas y errores cometidos por parte de integrantes de su gabinete político. Su olfato adivinador, tal vez afectado por el virus del covid, no le permitió predecir las incidencias negativas de su primer mes de gestión.
Turbulencias en pleno vuelo
Hace poco ha declarado que su gobierno despegó con turbulencias. La verdad es que esa metáfora no es certera: su nave se elevó sin dificultad, el cielo de verano estaba despejado y la temperatura era agradable a ras de tierra. Las turbulencias se iniciaron en plena travesía al interior del fuselaje y son atribuibles a miembros de su novel tripulación de cabina que comenzaron a moverse mal por los pasillos, sin ceñirse a normas mínimas de vuelo seguro y tranquilo, de esas que son elementales para no perder velocidad y no afectar el umbral de ascenso. Para tranquilidad del comandante y del resto de su dotación, en ese momento había combustible suficiente y todavía no se había traspasado el fatídico punto de no retorno. Solo queda pues, decirles: ¡bienvenidos al aeropuerto de la realidad real!
Obstáculos en la ruta
El desempeño deficiente de la ministra del Interior y su seguidilla de torpezas en la etapa preliminar del recorrido, junto a la ausencia de un liderazgo que unifique a sus asesores y coordine el accionar de los parlamentarios oficialistas, ha encendido las alarmas en el entorno del palacio de La Moneda. Lo anterior se ha traducido en el reforzamiento del equipo encargado de las políticas de seguridad interior y orden público. En lo económico se ha dispuesto el envío al Congreso de un proyecto de ley que permita un quinto retiro de los ahorros previsionales por parte de los trabajadores cotizantes con el propósito de reducir la presión social, propuesta que generará aumento de la inflación y desempleo, e incidirá en el ya bajo crecimiento.
“Siento que hoy día estamos caminando sobre una cornisa peligrosa”, ha declarado el senador Francisco Huenchumilla (emol.com, 14 de abril de 2022).
Vendrán días de tormenta
Lo expuesto no es lo único. ¿Qué ocurrirá en el curso del segundo semestre?, una vez que la ciudadanía se vea obligada a aprobar o rechazar el proyecto-engendro de Constitución elaborado por constituyentes proclives a su gobierno empecinados en imponer contra viento y marea un texto cuyo contenido quiebra la unidad del país y coloca en riesgo su criticado manejo político. ¿Cómo enfrentará Boric el período comprendido entre el 4 de julio al 4 de septiembre?, porque la conclusión es demasiado clara: la suerte de su gestión y de su futuro continuará ligada al destino de la Convención Constitucional. Esto es como el verso del vals-canción: ¨vamos (van) amarraditos los dos¨.
La ruta del conglomerado gobernante no ha estado ni estará libre de dificultades y sobresaltos. El conductor mayor parece estar advertido de que no será fácil arribar al final sin sufrir diverso tipo de contusiones. Por ahora ha concentrado su tarea en ordenar a los sectores que le apoyaron y en reducir la magnitud de los daños que sus propios compañeros podrían causar al resto de su caravana durante el trayecto. Pero, ¿y el país? No cabe duda, Boric prefiere caminar antes que volar. Quizás al igual que a varios de sus colaboradores, tampoco le ha hecho bien para su salud política el denominado “mal de altura”.
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