Aldo Llanos

Ganó Trump, ¿realmente ha triunfado un candidato provida y profamilia? (II)

Razones de una posible estrategia

Ganó Trump, ¿realmente ha triunfado un candidato provida y profamilia? (II)
Aldo Llanos
22 de noviembre del 2024


La semana pasada cerrábamos nuestro post con la siguiente pregunta: ¿es Trump realmente un político provida y profamilia que dijo lo que dijo como estrategia para ganar la elección, o no es más que un liberal con un discurso político conservador a conveniencia? Y aunque a primera impresión pareciera más lo último, también cabe la posibilidad de lo primero. Me explico.

Contexto del primer gobierno(2017-2021)

En un hecho que parecía imposible por décadas, durante el primer gobierno de Donald Trump se revocó históricamente las sentencias Roe vs Wade (1973) y Planned Parenthood vs Casey (1992), mediante la sentencia Dobbs vs Jackson Women's Health Organization (2022), derogando por esa vía, el “derecho al aborto” a nivel federal.

Aunque las razones que se arguyeron en la sentencia Dobbs fueron puramente instrumentales (en el marco de lo permitido por el derecho positivo), esto permitió dejar a la potestad de los estados las regulaciones y/o prohibiciones al aborto. De ese modo, estados como Alabama o Arkansas prohibieron el aborto casi en su totalidad mientras que, en New York o California, lo blindaron hasta los seis meses de gestación, sin necesidad de apelar a causalidad alguna (a simple pedido). 

Esto fue posible porque la administración Trump colocó tres jueces conservadores que fueron determinantes para conseguir una mayoría y así poder revocar la sentencia Roe vs Wade apelando “a la historia y las tradiciones de la nación”.

Contexto para el segundo gobierno (2025-2029):

Los provida más entusiastas sostienen que, al tener mayoría en la cámara de senadores, en la cámara de representantes y en la Corte Suprema, se tendría que prohibir completamente el aborto en los EEUU. Sin embargo, ¿en qué medida es posible (y conveniente)?

Si bien es cierto que en este segundo gobierno podría lograrlo, a su vez, esto podría convertirse en una victoria pírrica. En efecto, al poseer la sentencia Dobbs una justificación de conveniencia, en el momento en el que gane un presidente progresista o en el que estos tengan mayoría en las cámaras, Dobbs podría ser revocado muy fácilmente. Por ello, considero que debemos operar un cambio cultural en pasos progresivos tal y como el filósofo norteamericano J. Budziszewski propone:

El primer paso ya está dado y debería ser afianzado: evitar que se promueva federalmente el aborto. Esto tiene mucho sentido porque el aborto no tiene por qué ser costeado con el dinero de todos. Por lo tanto, no debería realizarse en hospitales públicos ni ser obligatorio que las empresas de seguros lo cubran. Además, si se debiera utilizar dinero, sería para pagarle al personal de salud que se rehúse a realizar un aborto, obteniendo la misma paga que el colega que sí.

El segundo paso, pasa por fortalecer la legislación existente al respecto como hacer efectivas las penalizaciones sobre el asesinato de bebés fuera de las semanas que la ley protege y enfilar las baterías contra la venta irrestricta de la píldora del día siguiente y otros químicos abortivos. Y mientras eso sucede, no podemos perder la perspectiva: ¡Trump y el gobierno, no harán lo que las familias no pueden hacer!

Me explico. Buena parte de la responsabilidad en el avance de la aceptación del aborto en nuestra cultura descansa sobre muchos padres que no han sabido o no han querido formar a sus hijos en estos temas. Y como educador, esto es algo que veo día a día. Muchas familias al darle la espalda a su rol formativo, la dejan en manos de las instituciones educativas constituyéndose esto en una verdadera ruleta rusa. Y no es tan difícil, sólo vean con qué pasión y fuerza muchos padres transmiten el amor a su equipo de fútbol a sus hijos, desde temprana edad. Para estos, que visten a sus bebés con camisetas deportivas y que los llevan al estadio, pensar que sus hijos puedan volverse hinchas del equipo rival, es simplemente imposible. No les pasa por la cabeza. Primero muertos. Por ello, si con la misma pasión trasmitiéramos las convicciones provida y profamilia, el número de adolescentes y jóvenes desnortados sería mucho menor.

Y, asimismo, los provida nunca deben olvidar que han sido firmes aliados de Trump en sus dos carreras presidenciales y, de algún modo, ejercen influencia sobre él al conformar buena parte de su base electoral. Esto ha quedado demostrado, cuando Trump tuvo que recular varias veces después de realizar afirmaciones polémicas durante la campaña (descritas en mi columna anterior), ante las críticas provida al respecto. En ese sentido, los provida que lo rodean, no deben abandonarlo ni dejar de influir sobre él con firmeza y mucho corazón. 

Veremos qué ocurre.

Aldo Llanos
22 de noviembre del 2024

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