Eduardo Zapata

Exportar carbón

Se debe detener el proceso de una digitalización sin reflexión cultural

Exportar carbón
Eduardo Zapata
17 de agosto del 2023


Por reemplazar la realidad urgida por Searle –y por la propia realidad– y vestirla de ideología y ´narrativas´ buenisto-optimistas, estamos aceleradamente haciendo cada vez más de la educación un gasto y no una inversión, así como un mecanismo generador de analfabetos funcionales. Aunque resulta más que obvio que en el camino para hacerlo tengamos que negar también lo que las ciencias dicen.

Lo acaba de señalar en mayo la ministra de Educación de Suecia. Ha pedido detener la carrera de una digitalización sin reflexión cultural y ciencia para invocar una vuelta en las escuelas a la escritura a mano y a la lectura de textos físicos. Suecia ocupa un lugar privilegiado en comprensión lectora medida por la prueba PISA, lo cual dimensiona la decisión de la ministra. Pero el evidente y gradual declive de la lectura –aun en los países desarrollados– es más que una comprobación de la colisión cultural entre la cultura del libro y el brillo de las pantallas. 

Lo hemos señalado hace ya buen tiempo: se trata de mundos culturales diferentes. Donde el uso de las mismas palabras ´plataformas´ para hacer una peligrosa sinonimia entre lo libresco y lo digital no hace sino hacer creer que una inexacta sinonimia de mundos culturales nos exime de la realidad y de la reflexión científica y cultural. ¿Tan difícil es entender, por ejemplo, que las mismas pruebas PISA están concebidas para medir competencias de alumnos pretendidamente suspendidos en el mundo cultural del libro? Porque si se trata de partir solo de esas ´comprobaciones´ ¿resultaría que los jóvenes del mundo digital carecen de toda competencia? De hecho la omisión de esta medición nos dice mucho. Solo para tratar de entender la decisión sueca, un par de observaciones.

En un mundo hipercomplejo como el digital, con invitaciones permanentes al no centro, retoma fuerza la importancia de escribir a mano. Pues es un acto psico-físico en el que producir cada letra supone apuntar y señalar un objetivo… como en la vieja cacería. Convocatoria a la atención, entonces, en un mundo desatento.

Por otro lado, escribir a mano implica producir sentido propio pues se va leyendo lo que se escribe. Y lo que se llama habitualmente ´leer´ –que implica autorías ajenas– supone básicamente re-producir sentido ajeno. 

Leo no sin espanto que el buenismo optimista lleva a una persona ´experta´ en educación a decir –frente al problema de la educación peruana– que “plata hay”. Y se va haciendo común esta expresión ante diferentes situaciones. Y aparte de lo irresponsable que resulta afirmar esto en un país con serias carencias, no reflexionar sobre lo que está en juego en mundos culturales conflictuados nos hace solo transitar por la educación como gasto y no como inversión.  

Francisco Fajiao, educador colombiano, nos advierte que si no tenemos científicos ni producción intelectual, “si no nos entendemos”, América Latina seguirá exportando carbón. Ojo, si no nos entendemos.

Eduardo Zapata
17 de agosto del 2023

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