Equilibrio de poderes

El equilibrio de poderes es la base de la sostenibilidad de la democracia. Solo con ese equilibrio se logra que los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial cuenten con la autonomía suficiente para tomar decisiones en el marco de su competencia, decisiones que sean absolutamente respetuosas de la institucionalidad de cada uno de los otros poderes.

En este equilibrio no se incluye el denominado cuarto poder, el de la prensa. Y es porque en realidad, la prensa no es un poder, entendido como tal, en la institucionalidad de un modelo democrático. La prensa es absolutamente libre de expresarse, pero queda claro que la responsabilidad de las acciones de justicia, legislativas y ejecutivas le corresponden a las autoridades y a las organizaciones que han sido designadas para cada una de estas tareas.

Así, esperaremos que el Poder Judicial identifique a los responsables de los actos de corrupción y los sancione con todo el peso de la ley. Tanto en los sonados casos de las constructoras brasileñas, como en los de delincuencia que tantas muertes vienen causando en nuestro país.

Eso no debe limitar nuestra capacidad, como ciudadanos, para solicitarle al Legislativo que promulgue normas que garanticen la estabilidad jurídica y promuevan el crecimiento económico. Y para pedirle al Ejecutivo que avance en la implementación de políticas públicas que garanticen educación y salud de calidad, así como el ambiente económico y político necesario para la inversión en infraestructura, la generación de empleo adecuado y la atención urgente de la población en estado de vulnerabilidad.

El Perú tiene el derecho a seguir avanzando. Nuestro compromiso como ciudadanos es actuar con probidad y exigir lo mismo en nuestras esferas de trabajo. Pero hoy más que nunca hace falta que el Estado sea un promotor del desarrollo económico y que la empresa privada redoble esfuerzos para ganar eficiencia y ser más socialmente responsable.