Jorge Varela

Entre la libertad y la falsa justicia social

El dilema argentino

Entre la libertad y la falsa justicia social
Jorge Varela
19 de marzo del 2024


La irrupción del libertarismo de Javier Milei en Argentina y el descalabro del aparato peronista que por décadas controlara los tentáculos del poder social, político y cultural –ejerciéndolo según su arbitrio y antojo– debieran ser objeto de estudio sereno, atendida la repercusión que tiene para el acontecer de otros procesos sociales y políticos que se desarrollan en América Latina. La intención es no reproducir de modo irreflexivo el modelo que ha comenzado a aplicarse en el país trasandino o copiar a la letra sus singularidades, pues se trata de realidades distintas. Tampoco debiera repetirse el itinerario ideológico-programático-populista trunco de la ´experiencia justicialista´ derrotada, ni sus prácticas de corrupción mafiosa. 

Libertarismo y justicialismo

Vayamos a lo que nos interesa, a lo medular. ¿Dónde radican los fundamentos valóricos que dan sustento al libertarismo y al justicialismo? La mejor definición de libertarismo es aquella de Alberto Benegas Lynch hijo: “Libertarismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo basado en el principio de no agresión y en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad; cuyas instituciones fundamentales son la propiedad privada, los mercados libres de intervención estatal, la libre competencia, la división del trabajo y la colaboración social” (discurso de Milei en el Foro Económico de Davos. 17 de enero de 2024).

Y al justicialismo, ¿cómo puede desentrañárselo? Juan Domingo Perón lo definió como “una tercera posición ideológica tendiente a liberar del capitalismo… sin caer en las garras opresoras del colectivismo” (discurso ante la Asamblea Legislativa, 1952).

En sus “Veinte verdades peronistas”, sostuvo que “el justicialismo es una nueva filosofía de la vida, simple, práctica, popular, profundamente cristiana y profundamente humanista”. Como doctrina social “realiza la justicia social… que da a cada persona su derecho en función social… Los dos brazos del peronismo son la justicia social y la ayuda social” (17 de octubre de 1950).

Cinco años antes había dicho a los líderes de su partido: “Nuestra doctrina es una doctrina de pureza moral humanitaria y patriótica”. (18 de junio de 1945) ¿Doctrina?, ¿movimiento?, ¿partido?, ¿sentimiento? Todo ello junto a un jefe militar astuto y oportunista o ¿mero positivismo difuso?, como dijera un crítico perspicaz. 

Justicia social humanista 

¿Qué contiene la mencionada filosofía del humanismo cristiano?, a la que aludía Perón. El principio de justicia social es para los seguidores de dicho pensamiento una virtud moral, un compromiso vivo de solidaridad con quienes viven en la pobreza, una defensa preferente de la dignidad humana de los más débiles. O sea, una razón que se inscribe en la órbita del bien común, como forma de la caridad. No es pues, un puro ejercicio teorético moral o un postulado utópico para hacer política pequeña y acceder al poder para enriquecerse de mala manera.

La bandera demagógica de Kicillof y otros 

Este eslogan justicialista viciado ha servido para engañar incautos, avasallar la dignidad de los humildes, fomentar el ocio a costa de aquellos que trabajan honestamente, corromper las instituciones del Estado; en definitiva esparcir resentimientos y venganza. Es el resultado inevitable de políticos carentes de conciencia moral.

¿Quién podría pues, entender la mente del gobernador bonaerense Axel Kicillof?: “lo que hacemos es justicia social en la línea de Perón, de Evita, de Néstor y Cristina”, negando que el peronismo haga negocios con los derechos (discurso de cierre de campaña electoral, 17 de octubre de 2023). En la ocasión, al asumir su cargo –emulando a Milei– gritó: “¡Viva la justicia social, carajo!” (discurso al iniciar su segundo mandato, 11 de diciembre de 2023).

Justicia social falsa

La justicia social como concepto histórico fluctuante y flotante, vinculado al de justicia distributiva y al de igualdad social, ha devenido en un ideario útil para emprender aventuras socio-políticas y estrategias que empujan la postergación o el cercenamiento de derechos y libertades esenciales. 

¿Cuántos argentinos han sido envilecidos mediante el otorgamiento abundante de subsidios y bonos? ¿Es este el verdadero dilema que remece la conciencia precaria de muchos argentinos?, gracias a cuyo apoyo leal –pero culpable–, nació y creció la variante kirchnerista, una variante populista perversa, ineficaz, corrupta y decadente del peronismo.

En definitiva, ¿en qué ha consistido esta falsa ‘justicia social’ en el lenguaje burdo de un ‘justicialismo devastado’ por las aguas del tiempo? 

Libertad y justicia social

Una tarea desafiante que hoy apremia en nuestra región consiste en proponer y transitar esa vía necesaria que fusione libertad política y económica con justicia social de verdad, digna y solidaria; como forma razonable de entender la existencia y convivir en comunidad: un desafío moral que está más allá del cerco conocido de la política.

Jorge Varela
19 de marzo del 2024

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