Renatto Bautista
En memoria de Eugenio D’Medina Lora (1962-2022)
Reconocido economista, autor del libro “El mito de las cuerdas separadas”

Hace una semana partió hacia la eternidad, el economista y catedrático peruano Eugenio Darío Gerald D’Medina Lora (1962-2022), con quien tuve el placer de desarrollar una amistad desde diciembre del 2015. Aprecio y respeto mucho a Eugenio D´Medina, que siempre fue un liberal clásico; y a pesar de que yo vengo de otra diferente formación académica y política, porque él siempre era directo y frontal para defender sus ideas.
Hombres como Eugenio merecen todo el respeto porque somos de una especie en extinción: quienes no tenemos pelos en la lengua para decir y escribir la verdad. Por eso, recuerdo –a pesar de las diferencias ideológicas– al gran Manuel Gonzales Prada, que dijo: “Acabemos con el pacto infame de hablar a media voz.” Inmensa razón tenía Don Manuel respecto a este defecto horrible de la sociedad peruana.
Volviendo con Eugenio, me acuerdo de que en el 2012 –al acabar mis estudios de pregrado de ciencia política en la Universidad Nacional Federico Villarreal– yo todos los sábados leía su columna que me parecía muy directa y frontal respecto a los temas de la política peruana. Luego, lo seguí en Twitter, pero hasta ese momento no nos conocíamos en persona; hasta finales del año 2015 cuando anuncié la publicación de mi primer libro “Medios de comunicación y política en el siglo XXI. El poder tras bambalinas” en mis redes sociales.
Eugenio lo compartió en su Facebook con palabras generosas al suscrito, lo cual me demostró que el verdadero aprecio mayormente viene de personas que no tienen la oportunidad de conocerte personalmente. Intercambios celulares, hablamos y quedamos que para la primera presentación de mi libro, que se realizó en la Feria del Libro Ricardo Palma, él sería el presentador.
Entonces, a comienzos de diciembre del 2015, conocí a Eugenio en dicho evento. Reconozco que siempre me pareció una persona culta; pero en estos siete años que desarrollé amistad con él vi que fue un buen ser humano. Volviendo a diciembre del 2015, la presentación de mi libro salió bien, gracias a las palabras de Eugenio que como reitero fue generoso conmigo.
Luego él publicó y presentó su libro El mito de las cuerdas separadas (2016). Asistí a su presentación y nos volvimos a reencontrar, con el aprecio y afecto de siempre. Al mes siguiente, volví a presentar mi primer libro en la Feria de la Municipalidad de San Borja, donde él también fue uno de los presentadores, al lado de la doctora María del Pilar Tello. Indudablemente, nuestra amistad se desarrolló mucho en el campo académico pero, como reitero, Eugenio fue una buena persona que siempre me alentaba a escribir y ser frontal en defensa de la verdad.
En mayo del 2018 publiqué mi segundo libro, titulado A la luz de la sombra: De Bello Gallico que versa sobre la conquista de las Galias comandado por Julio César, con prólogo del insuperable Hugo Neira. Realicé una segunda presentación (diciembre del 2018) en el Instituto de Gobierno de la Universidad San Martín de Porres –gracias a la invitación generosa del ex presidente Alan García– donde el maestro de maestros Hugo Neira y Eugenio D´Medina fueron mis presentadores. Fue una bonita noche académica de reflexión sobre Julio César donde vi renovadamente el aprecio de dos personas que respeto mucho en lo intelectual, como Don Hugo y Eugenio.
En otras ocasiones me reencontré con Eugenio en Ancón, donde tenemos un gran amigo en común. Siempre vi a Eugenio preocupado por la realidad peruana. La última vez fue en agosto del 2022, cuando todos los presentes coincidimos sobre la terrible crisis política ocasionada por el desgobierno de Castillo. No quiero renegar ni malograr este artículo en homenaje a Eugenio D’Medina, pero lo cierto es que convergíamos que el Perú es ingobernable por dos razones: el desastre y corrupción que representa Castillo sumado a que la nación peruana. Aquel sábado de agosto fue la última vez que nos abrazamos, nos despedimos con afecto. Pensé que nos volveríamos a reencontrar en Ancón, tal vez por Navidad o Año Nuevo, pero los destinos de Dios son diferentes.
Eugenio, amigo y maestro, sean estas líneas un homenaje justo a tu persona, un hombre culto, frontal y sincero que me enseñaste algo, a pesar de nuestras distintas formaciones académicas y políticas. Tú representas la auténtica derecha que no cede nada –incluyendo lo cultural– al socialismo porque ser de derecha no es vivir en Surco o La Molina, o estudiar en una universidad privada o peor viajar a Estados Unidos, ser de derecha es defender sus postulados políticos (libertades políticas y democracia representativa) con total frontalidad de todo lo que sea el socialismo desde la cara más dura (Castillo y Cerrón) hasta sus versiones más light como los caviares y furgones de cola.
Eugenio que en paz descanses, porque tus amigos siempre honraremos tu legado plasmado en tus libros y artículos. Mi sincero pésame a tu hija Paula, y a tu compañera de vida, Jenny Tafur. ¡Eugenio vive en sus enseñanzas!
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