Giovanna Priale

El poder del amor: carta a mis hijos

“El arco del cual los hijos, como flechas vivas, son lanzados”

El poder del amor: carta a mis hijos
Giovanna Priale
13 de febrero del 2020


Se puede hablar del amor de mil maneras; pero como decía mi papito, el amor hacia tus hijos es incondicional y único porque te motiva a sacar lo mejor de ti para criarlos y que sean felices. Aún cuando ya no estemos más aquí. El poeta Khalil Gibran nos escribe a los padres sobre la importancia de criar a nuestros hijos con libertad para actuar, y nos alcanza la siguiente reflexión: 

“…Tú eres el arco del cual tus hijos,
como flechas vivas son lanzados.
Deja que la inclinación,
en tu mano de arquero
sea para la felicidad.
Pues aunque Él ama
la flecha que vuela,
Ama de igual modo al arco estable”

Difícil, mucho, la tarea de ser hijo. Estábamos en una lucha a muerte contra el cáncer de próstata de mi papá, mi mejor amigo, cuando él me pidió que respetase su decisión: no quería seguir con el tratamiento pues ya estaba muy cansado. Aún recuerdo el dolor en mi corazón porque sabía que eso suponía “dejarlo ir”, y yo no quería, no estaba lista.

Regresé a mi cuarto, me puse a llorar y volví con él. Le di mi palabra de que así sería. Fueron 11 meses de agonía, y con él se fue un pedazo de mi corazón. Pero el amor de hija me dio la fuerza para cumplir con mi palabra aunque al final me quedase sola, sin mi mejor amigo.

A los cinco años regresaba de un viaje de Chimbote cuando mi cuñado me dio la noticia de que mi hermana había ingresado al hospital y le habían diagnosticado un cáncer terminal. Duró seis meses. Antes de irse me pidió que acompañe a mis sobrinitos, que en ese entonces tenían 18 y 15 años, respectivamente.

Mi mamá y yo no hemos dejado de orar ni un solo día para que nos de la fuerza para seguir adelante. Mi sobrino JP me llamó el 20 de noviembre pasado y me contó que “acaba de aprobar su último examen y que con eso terminaba la carrera”. Las lágrimas recorrieron mi rostro de felicidad. Es indescriptible lo que sentí. 

Quisiera que mi hermana estuviese aquí hoy. JP me ha invitado a su graduación este 29 de febrero, y espero ir con mi mamá para aplaudirlo, para llorar otra vez porque la vida, aunque llena de retos, nos da momentos de felicidad en los que el amor sí mueve montañas.

Mi sobrino terminó la universidad y se va a graduar. Ese arco que disparó la flecha fue mi hermana, nosotras hemos tratado de mantener ese arco estable pero el impulso inicial lo hizo Lizbeth. Todo se puede en el Señor, cuando la fe y la paz inundan tu corazón.

Giovanna Priale
13 de febrero del 2020

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