Franco Consoli
El necesario balance del gobierno de Alberto Fujimori
Un temas que sigue polarizando a los peruanos
La muerte del expresidente Fujimori, ha generado reacciones sin precedentes. Las grandes colas de la población para acceder al Museo de la Nación han sido un hito para nuestra historia. Sin duda alguna ha sido además un golpe a la izquierda peruana, una demostración de su falacia histórica que dice que el pueblo repudia a Alberto Fujimori.
Lamentablemente, hubo muchas reacciones de celebración, especialmente de gente joven; aquellos miembros supuestamente de la Generación Bicentenario, de la cual también formo parte. Aquellos que nacieron a finales de los años noventa o inicios de los 2000.
Una generación que ha vivido las oportunidades que les ha dado el Perú gracias, justamente, al gobierno de Alberto Fujimori. No hemos vivido la hiperinflación, ni hemos hecho cola para comprar pan y leche; mucho menos hemos visto los atentados de Sendero Luminoso y del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, así como no hemos vivido el miedo al escuchar un cochebomba en la calle. No obstante, somos la generación destinada a odiar un apellido. Una generación que sale a crucificar a Fujimori aún sin haberlo vivido.
Ejemplo de ello se evidencia en el vídeo que ha sido compartido en redes en el cual un grupo de alumnos de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) celebrando dentro de las instalaciones de la casa de estudios la muerte del expresidente. “Bailetón” llamaron a su nefasto festejo, mientras colgaba en una pared el cartel “Murió el genocida”. ¿Así habrán celebrado la muerte de Abimael Guzmán? ¿El verdadero genocida de nuestra historia?
Sin embargo, sin restarle culpas a esta generación, que lo único que nos ha demostrado es que se dejan llevar por los influencers de izquierda; hay que reconocer que existe gran responsabilidad por parte del Estado. ¿Por qué? Porque nuestra historia no ha sido contada. El siglo XX, en los colegios peruanos, es enseñado a medias. Las mallas escolares están diseñadas para que el alumno estudie nuestra historia hasta antes de llegar al primer gobierno de Belaúnde Terry. Tras ello nuestro sistema educativo vuelve a nuestra historia una carrera de 100 metros planos , que dura aproximadamente 9 segundos. Y sobre todo, el gobierno de Fujimori en los años noventa casi ni se menciona. A lo mucho le dicen a nuestros alumnos que las fuerzas armadas y la PNP vencieron al terrorismo.
Nuestro sistema educativo no enseña lo que fue Sendero Luminoso o lo que fue el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru. Tampoco enseñan lo que fue la hiperinflación, lo que significaba la devaluación de la moneda o que el dinero no alcance. Todo porque saben que el éxito de los años noventa se debe al gobierno de un peruano japonés con mano firme, de apellido Fujimori. Y por ende, del 2000 a hoy ningún gobierno ha querido “correr el riesgo” de reconocerle sus méritos. Y con eso se comete el grave error de no mostrarle a los jóvenes lo que fue el terror en nuestro país.
Fue por ello que se aprobó el año pasado en el Congreso que se incluya un curso de “Historia del terrorismo” en la currícula escolar. Porque mientras en la mayoría de colegios en el Perú no se enseña, en algunos colegios –como el colegio Atusparia– se hace apología del terrorismo. Sin embargo, mientras esto no se ejecute, seguirá primando la ignorancia en la juventud. Y seguiremos viendo más y más generaciones que se burlan del fallecimiento de alguien que no solo salvó el Perú del terrorismo y de la hiperinflación, sino que abrió millones de posibilidades para las siguientes generaciones.
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