Giovanna Priale

El mundo siempre da la vuelta

Trabajar en un cambio cultural que nos devuelva principios y valores

El mundo siempre da la vuelta
Giovanna Priale
30 de marzo del 2018

 

Mi padre decía “El mundo siempre da la vuelta” cuando quería enseñarme la importancia de la empatía, de tratar a todas las personas con respeto; más aún cuando se trata de personas vulnerables: niños, mujeres, ancianos. Un día cualquiera, si revisas las noticias de los diarios o los noticieros, se repiten los titulares sobre niños raptados, mujeres violentadas y ancianos abandonados. ¿Esta nuestra sociedad atravesando una crisis de valores? Nos lo preguntamos hace algunos años, pero este 2018 ha sido particularmente revelador, con las incendiarias denuncias de Odebrecht y el destape del Club de la Construcción, entre otros escándalos mayúsculos, que nos golpean.

No debemos perder de vista que la actuación corrupta de una persona no convierte a toda la empresa o familia a la que pertenece en delincuente. Y por otro lado, estas acciones reñidas con lo legal, cuestionables sin duda alguna —porque destruyen la institucionalidad y dañan a las organizaciones—, se originan porque los involucrados tienen una profunda ausencia de valores.

Valores fundamentales, como amor, respeto, trabajo en equipo, esfuerzo, que deben ser parte de la enseñanza básica en los colegios y hogares, hoy prácticamente no existen. Se premia al criollazo que logró robarse el lapicero bonito del compañero; o al chico que, sin estudiar, se sacó 20 en su prueba de matemáticas porque el profesor del colegio le da clases particulares en su casa. Ejemplos como estos abundan. Mientras tanto, se va configurando un ciudadano que es capaz de enriquecerse sin pagarle protección social a sus trabajadores o usando dinero ilegal, pues es cool sacarle la vuelta a la norma.

Estos ciudadanos son parte de esta sociedad, pero no son toda la sociedad. Hay gente honesta, con los valores bien puestos, dispuesta a trabajar por su país; gente que estudia y se esfuerza por salir adelante. Hoy tenemos en nuestros jóvenes futbolistas —dedicados, humildes y disciplinados— un gran ejemplo para demostrarle a nuestros jóvenes que los sueños sí se pueden hace realidad, y que para ello se requiere mucho esfuerzo y compromiso.

Tenemos que rodear a nuestros jóvenes de ejemplos propositivos y trabajar en un cambio cultural que nos permita llegar al 2021 con una nueva mentalidad. La política tiene que dejar de ser un circo, porque los políticos enfrentarán a un pueblo más leído y más instruido, que se dará cuenta de que necesitamos un equipo renovado de profesionales con principios y valores, no solo con ansia de poder.

Que esta Semana Santa nos sirva para reflexionar. Todos somos iguales y todos merecemos las mismas oportunidades.

 

Giovanna Priale
30 de marzo del 2018

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