Aldo Llanos
El legado de Pedro Suárez Vertiz
Y la defensa del rock apolítico
Ha muerto el gran Pedro Martín José María Suárez Vértiz Alva, más conocido como Pedro Suárez Vértiz, y con él se va una época entrañable de nuestras vidas, entre los ochentas y los noventas. Luego de cosechar el éxito en América Latina, desde el 2007 empieza a padecer los efectos de la disartria que devino en una parálisis bulbar alejándolo de los escenarios al no poder hablar con fluidez.
Fue entonces que, alejado desde el 2013 de los escenarios, empezó a postear frecuentemente en redes sociales en dónde dejó entrever cómo pensaba la vida y el rock. Y por esas opiniones, una caterva de internautas de orientación política progresista, lo empezaron a acusar de no haberse comprometido políticamente en las décadas de los ochentas y noventas, calificando su música en un tono despectivo como “rock apolítico”.
Independientemente de que el arte te permite compartir alguna ideología, otra cosa es que todo arte o artista tenga que ser obligatoriamente político. Lo cual es algo que le agradecemos enormemente a Pedrito, ya que nos permitió disfrutar la vida y olvidarnos por un momento de los duros momentos que, como país, estábamos pasando. Y vamos, seamos honestos, en esos momentos ¿qué preferíamos escuchar en nuestros walkman? ¿”Sucio policía” o “Me resfrié en Brasil”?
Pero esta caterva, a raíz de la posición “apolítica” de Pedrito y su lenguaje muy abierto (por momentos sexista y por momentos muy cercano al cristianismo), fue motivo de burlas constantes con respecto a su mal y su supuesta muerte, cosa que finalmente se dio y en un día de los inocentes. Cómo sacándoles la lengua.
Una caterva, que por más que teoricen sociológicamente y hasta artísticamente desde una perspectiva progresista con el único fin de sentirse superiores moral e ideológicamente, nunca podrán mellar la huella imborrable que en generaciones ha dejado el gran Pedro Suárez Vértiz.
Si pues, ahora sí cantará:
No había ruidos allá afuera
No había sombra en la pared
Vi mi rostro muy dormido
Creo que, no volveré
Me elevé hasta el fin
Vi una luz y escuché una voz en silencio
Me amaste en silencio
Yo lo sé
Me hablaste en silencio
Ahora todo lo entiendo
Yo lo sé
“Me elevé” (1993)
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